Impacto ambiental de la pesca

Como la demanda está acercándose a los límites de la producción, muchos recursos pesqueros están sufriendo deterioro.

La pesca a la rastra es de especial preocupación, porque al arrastrar las redes en el fondo del mar, las comunidades bénticas sufren daños.

Esta casi universalmente prohibido emplear explosivos y venenos, pero algunos pescadores todavía los utilizan.

Es limitado el efecto del hombre sobre el ambiente de los mares y su condición es razonablemente buena, todavía.

Sin embargo, en los sistemas costaneros y de agua dulce, es manifiesta la degradación sustancial causada por el hombre.

Muchas áreas sufren daños, o se destruyen, debido a la creciente población y desarrollo económico de la franja costanera.

Esto puede causar gran destrucción en las áreas costaneras, como los pantanos de mangles y otros tierras húmedas, que son muy frágiles.

A menudo, se construyen las piscinas en los terrenos planos y marginales, que tienen poco valor económico o ecológico.

Sin embargo, éstas pueden impedir el uso tradicional del terreno (ej: pastoreo temporal, agua para el ganado) que es de mucha importancia para la población local.

Los estanques que se ubican en los canales naturales de los ríos, por ejemplo, puede ayudar a reducir las inundaciones en el área inmediata, servir como una trampa para los sedimentos y, por filtración, aumentar la humedad del suelo.

Es fundamental administrar, adecuadamente, el agua de las áreas donde se practica la piscicultura, porque los estanques pueden reducir la cantidad de agua que está disponible para otras necesidades competitivas, como el riego , o el uso doméstico, o industrial.

Casi siempre, esta agua será pronunciada si se han agregado fertilizantes y alimentos a la piscina, para aumentar la productividad de los peces.

Finalmente, las piscinas pueden causar un aumento en las enfermedades de la gente del área, al servir de hábitat para los vectores que viven en el agua, o que tienen alguna relación con ésta, como los caracoles (esquistosomiasis) y los mosquitos (malaria, dengue y otros arbovirus).

Igualmente, las balsas o pilotes que se instalan para cultivar los animales no móviles pueden constituir peligros para la navegación.

Además, esto ayudará a asegurar que los recursos pesqueros se compartan, equitativamente, entre los grandes y pequeños productores.

Las causas más comunes de tales fracasos se relacionan con su ubicación inadecuada y el manejo incorrecto.

Si el sitio es inconveniente, pueden ocurrir problemas con el suelo, el suministro de agua, el drenaje, y conflictos en cuanto al uso que se da a la tierra.

Estos factores tienen especial importancia para los estanques que están ubicados en las tierras húmedas de la costa, cuyos suelos saturados (si son ricos en pirita y materia orgánica) pueden volverse ácidos si se exponen al aire, o al agua muy oxigenada.

En gran parte de las tierras húmedas costaneras (ej: los manglares y saladares), da la impresión de que el terreno esté "sin uso" y, por lo tanto, disponible; cuando los existentes se vuelvan improductivos, se limpia más terreno para los estanques.

Su introducción o trasplante no sólo ha tenido menos éxito de lo planificado, sino que su efecto neto puede ser negativo.

Además, las especies exóticas tienen la posibilidad de introducir enfermedades y parásitos al ambiente acuático local.

El bacalao atlántico ( Gadus morhua ) fue gravemente sobreexplotado en el Atlántico norte (especialmente en Terranova ) durante la década de 1970 y 1980, lo que provocó su colapso a partir de 1992.