El nombre proviene de los monigotes medievales para entrenamiento militar, donde el argumento falaz es figurativamente colocado como un oponente más fácil de vencer que el argumento original.
Las tácticas del hombre de paja en el Reino Unido también se conocen como una «tía Sally», en alusión a un juego típico de pub del mismo nombre, donde los clientes arrojan palos o listones a un poste para golpear una bola que se balancea en la parte superior.
[7][8] La falacia del espantapájaros se formula con la estructura siguiente: El argumento de A en ningún momento propuso que los adolescentes debían quedarse encerrados en sus casas.
Según Carl Sagan, esa formulación, fácilmente vulnerable por un crítico, «ignora deliberadamente la principal idea darwiniana: que la naturaleza avanza conservando lo que funciona y descartando lo que no».
Para evitar objeciones a partir de ideas del hablante que puedan ser malinterpretadas, es recomendable anticiparse a esas objeciones (en especial si el hablante sospecha que sus palabras puedan ser usadas malintencionadamente en su contra):