Esto es un error, porque el consecuente B puede tener otras razones para ocurrir aparte de A.
Por ejemplo, el siguiente argumento tiene la forma de una afirmación del consecuente: Aun cuando ambas premisas sean verdaderas, la conclusión podría ser falsa, porque no siempre que hace frío está nevando.
Por ejemplo: Sin embargo, la verdad de las premisas no garantiza la verdad de la conclusión, porque existen otras razones por las que la garganta puede estar irritada: enfermedades como el resfriado común o la garganta estreptococal - que también causan que la garganta se irrite -, actividades como haber asistido a un concierto de rock y cantado a todo pulmón con la banda, y otras posibilidades.
Por ejemplo, cuando A y B expresan la misma proposición: en ese caso el argumento es trivialmente válido.
Esto nos conduce a concluir que la gente tiende a validar frecuentemente el razonamiento falaz de la afirmación del consecuente, en vez de evitar este error haciendo una simple aplicación del modus tollendo tollens para verificar si la forma de argumento que están usando es válida, o inválida.