Falacia de las muchas preguntas

También se produce esta falacia cuando la persona hace muchas preguntas complejas, buscando aquella que no tenga respuesta para aferrarse a ella como prueba o deducción de que un argumento no es válido.

Los argumentos que incurren en esta falacia no son válidos porque las presuposiciones ligadas a la pregunta carecen de base argumental, o simplemente se trata de coaccionar al interlocutor para que admita algo haciendo caer todo el peso de la pregunta en los detalles posteriores, que el interlocutor poco atento negará o afirmará.

Si no es posible evitar responder entonces la respuesta debe ser completa y negar las presunciones.

Si alguien pregunta: «Cuando chocó con su coche, ¿salió gritando al otro conductor y amenazándole?» Respondiendo sí o no, el interlocutor está admitiendo que chocó con su coche, aun cuando puede que no sea cierto.

En caso afirmativo, entonces es posible formular la pregunta anterior sin que ello incurra en una falacia.