Historia del mueble

Tradicionalmente ha sido considerada un "arte menor" o artesanía, aunque se revalorizó con las demás artes asociadas con el diseño a partir de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX (arts and crafts, art nouveau, art déco, Bauhaus).

Howard Carter también descubrió en 1925 la tumba del faraón Tutankamon (siglo XIV a. C.) Gracias a las sillas, tronos, bancos, camas y arcas que se encontraron en esas tumbas, se tiene conocimiento de las técnicas, ornamentaciones, materiales y diseños que utilizaron los egipcios en la fabricación de sus muebles.

[5]​ Constantinopla se convirtió en el gran centro comercial, político y religioso de su época.

Los muebles de los que se tienen más datos son las sillas y tronos.

Los tronos parece que eran de madera maciza con formas arquitectónicas y decoración pintada.

Los paneles de marfil se incorporaban a muchos objetos, como arcas, estuches y puertas.

Las clases adinerada tenían mantas, sábanas, colchas y cubrecamas con bordados muy trabajados.

Ya en el siglo XIV el mobiliario se distingue por su lujo y vemos cofres adornados con herrajes o forrados de guadameciles, sillas de cobre o de madera, maletas, cestos, baúles, grandes armarios y amplios lechos, aparadores, etc.[6]​ Italia tenía una situación privilegiada en las rutas marítimas y comerciales desde la Baja Edad Media.

Los arquitectos dejaron atrás las espirales góticas para adoptar formas simétricas elegantes.

El Renacimiento del siglo XV o Quattrocento tuvo su principal centro en Florencia, una plaza mercantil y financiera donde llegaban todo tipo de materiales, como maderas nobles y algodón, permitiendo la fabricación de tapices finos.

Venecia, un emporio comercial no menos importante, desarrolló su propia versión de la estética renacentista.

Se formaron escuelas regionales: El tránsito al siglo XVII, por comparación con la inventive ("inventiva") propia del periodo posterior, se ha interpretado como falto de originalidad y carácter "nacional", por la influencia del mobiliario italiano, flamenco o español.

El frente abatible se podía sostener sobre unos apoyos deslizantes y utilizarse como mesa de escribir.

Como novedades técnicas, los ensamblajes se realizan en las caras libres del torneado, con la intención de que la unión sea lo más resistente y sólida.

Algunas piezas se pintaban con fêtes galantes[16]​ al estilo de Boucher y Watteau, utilizando el vernis Martin,[17]​ un barniz especial que, mediante múltiples capas de distintos colores (hasta cuarenta) conseguía un lacado brillante.

Se introdujeron nuevas técnicas por los marchands-merciers messoniers u ornemanistes,[18]​ como los hermanos Slodtz y los Pineau.

[19]​ Los diseñadores más destacados fueron Jean Berain (aunque pertenece a la época de Luis XIV, se le considera precursor del Rococó), André-Charles Boulle (en las últimas décadas del XVII y las primeras décadas del XVIII, introdujo mejoras en el mobiliario, fue un gran ebanista), Charles Cressent (discípulo de Boulle, pasó a ser el más importante de los ebanistas de su época; hizo el mobiliario para Luis XV en el Palais Royal), Gilles-Marie Oppenordt[20]​ (diseñó el interior del Palais Royal) y Antoine Gaudreau.

El holandés Gerrit Rietveld, quien formaba parte del grupo vanguardista De Stijl, y apostaba por el uso de maquinaria, construyó su Silla roja y azul en 1917, enfocada a que un asiento debe tener únicamente sus formas básicas.

Entre sus máximos representantes se encuentran Gropius, Mies van der Rohe o Marcel Breuer, quien comenzó a experimentar con el tubo de acero para sillas, banquetas, mesas y su famoso sillón Wassily.

Comenzó a experimentar para curvar la madera aprovechando su humedad natural en lugar de vapor como hacía Thonet, y fundó, junto a Aino Aalto Artek en 1933 como "centro de mobiliario contemporáneo".

Destaca en Estocolmo Carl Malmsten, quien fundó varias escuelas donde se enseñaba ebanistería además de otros oficios como música, jardinería o alfarería.

La altura de los asientos se redujo debido a la influencia oriental, aparece la mesa de cóctel y se revitalizan los lacados, destacando en este campo la arquitecta inglesa Eileen Gray y el metalario suizo Jean Dunand, que consiguió una superficie reflectante utilizando hasta 40 capas de laca.

La gente comienza a cansarse del art déco, apareciendo una nueva decoración de interiores basada en el cubismo sencillo y sin colorido.

Silla klismós pintada en una cerámica griega
Sillón de la reina egipcia Hetepheres (siglo XXVI a. C.)
Silla del faraón Tutankamon (siglo XIV a. C.)
Dioses egipcios sentados sobre la escena del "peso del alma", en el Libro de los Muertos .
Los dioses olímpicos, sentados, en el Friso del Partenón , de Fidias , siglo V a. C.
Triclinium .
Cofre italiano
La última cena , de Tintoretto . La mesa, que se cubre con un mantel blanco, es un simple tablero del que no se destacan las patas (simples caballetes, como en la famosa obra de Leonardo). Los taburetes tienen un diseño algo más complejo (en las representaciones medievales suelen ser bancos). Otros temas artísticos en que se ambientan comidas y puede aparecer mobiliario de comedor son el Festín de Baltasar , las Bodas de Caná o la Cena en casa de Leví .
Anunciación , de Cima da Conegliano . El tema de la Anunciación permite a los pintores explayarse con mayor o menor fantasía en los detalles de la habitación de la Virgen, reproduciendo generalmente los muebles comunes de su propia época. Otros temas artísticos en que se ambientan dormitorios son Judith y Holofernes , la Dormición de la Virgen , o, en la pintura mitológica, Venus y Marte , Cupido y Psique , etc.
El sueño del caballero , de Antonio de Pereda , un pintor barroco español que representa un abigarrado conjunto de objetos sobre una mesa frente a un caballero dormido en una silla de la época.
Joven interrumpida en su música , de Johannes Vermeer , un pintor barroco holandés que reprodujo muchas escenas en interiores de casas burguesas.
Bureau du Roi Luis XV, en Versalles, un boureau à cylindre ("secretario a cilindro", o sea, un bureau o escritorio con tapa de persiana ), el mueble más elegante y elaborado del estilo.
Recreación pictórica de una comida del rey Federico II de Prusia con sus amigos philosophes , entre ellos Voltaire , a mediados del siglo XVIII .
Habitación del castillo de Pierrefonds , reconstruido con criterios neogóticos por Viollet-le-Duc para Napoleón III .
La Vicaría , de Mariano Fortuny (1870), una pintura ambientada en un entorno casticista español, con muebles de uso intemporal y aspecto deliberadamente arcaico.
El Concierto , de Vicente Palmaroli (1880), con un concepto similar, pero una estética completamente opuesta.
El dormitorio en Arles , de Van Gogh (1888), con muebles pobres, propios de un artista bohemio.
Salón amarillo de la Reina Luisa en el Palacio de Potsdam , representado por Friedrich Wilhelm Klose (1840), con muebles propios de la más alta sociedad.
Interior , de Carl Wenzel Zajicek (1923), con muebles propios de la clase media.
Silla roja y azul de Rietveld.
Silla Barcelona de Mies van der Rohe.
Silla Wassily de Marcel Breuer.