Concretamente, de Sebastiano del Piombo, existían varias obras importantes, que fueron copiadas e imitadas por múltiples artistas.
Dedicado fundamentalmente a la iconografía religiosa y sin apenas obra profana, entre sus trabajos destacan La Santa Cena, San Sebastián en la sinagoga, La Sagrada Familia, el retablo de la Iglesia de Fuente la Higuera, Asunción de Nuestra Señora, las Bodas místicas del Venerable Agnesio (buen ejemplo del Renacimiento), el retrato del Venerable donante y La Inmaculada Concepción, que es considerada como su obra maestra, como predecesora de la tipología iconográfica que Francisco Pacheco, en su Arte de la pintura, expondrá como canónica.
Representante del Renacimiento valenciano en una época ciertamente convulsa por motivos religiosos y políticos, De Juanes consiguió crear un estilo propio y unos tipos iconográficos que serían repetidos por sus seguidores, en especial Francisco Ribalta, a quien incluso le encomendaron copiar el destruido retablo de San Eloy en Santa Catalina de Valencia.
El día anterior a su óbito otorgó un testamento ante el notario y pintor Cristóbal Lloréns, natural de esa localidad, documento que nos ha transmitido Gregorio Mayáns y Siscar.
[8] El poeta valenciano Cristóbal de Virués, famoso autor del poema mariano El Monserrate, le dedicó un soneto "En la muerte de Juan de Juanes, famoso pintor": Su obra fue continuada por su hijo Vicent Macip Comes, también conocido como Vicente Joanes (continuador de las formas familiares, como se manifiesta en una pequeña Santa Cena), y sus hijas Dorotea y Margarita Joanes, a las que se presume también la condición de pintoras, y artistas como Nicolás Borrás, Cristóbal Llorens, Miguel Joan Porta, Mateu López o el beato Nicolás Factor.