Guerras georgiano-selyúcidas

El emperador Constantino IX solicitó ayuda del duque georgiano Liparit IV de Kldekari, a quien los bizantinos habían a su vez ayudado en su lucha contra el rey georgiano Bagrat IV.

Liparit, que había estado luchando en el lado bizantino, fue capturado en la batalla de Kapetron.

Para asegurar esa alianza, la hija de Bagrat, Maria, se casó, en algún momento entre 1066 y 1071, con el co-emperador bizantino Miguel VII Ducas.

Tan pronto como Alp Arslan dejó Georgia, Bagrat recuperó Kartli en julio de 1068.

[5]​ Los últimos años del reinado de Bagrat coincidieron con lo que el profesor David Marshall Lang describió como «el último debate de la cristiandad oriental», la batalla de Manzikert, en la que Alp Arslan infringió una aplastante derrota al ejército bizantino, capturando al emperador Romano IV, a quien humilló ritualmente y luego liberó, y quien pronto murió en la miseria.

[6]​ Los georgianos pudieron recuperar el thema de Iberia, con la ayuda del gobernador bizantino, Gregorio Pacoriano, quien comenzó a evacuar la región poco después del desastre infligido por los selyúcidas al ejército bizantino en Manzikert.

Al ver su reino caer en el caos, Jorge II decidió en 1089 ceder la corona a su hijo David IV, que contaba entonces 16 años.

El rey David IV demostró ser un estadista y un comandante militar capaz.

Para fortalecer a su ejército, el rey David lanzó una importante reforma militar en 1118-1120 y reasentó a varios miles de kipchaks —una confederación tribal túrquica— desde las estepas del norte hasta los distritos fronterizos de Georgia.

A cambio, los kipchaks debían proporcionar un soldado por familia, lo que permitió al rey David establecer un ejército permanente además de sus tropas reales (conocidas como Monaspa).

En el invierno de 1120-1121, las tropas georgianas atacaron con éxito los asentamientos selyúcidas en las proximidades oriental y sudoccidental del Transcáucaso.

Las potencias musulmanas estaban cada vez más preocupadas por el rápido ascenso de un estado cristiano en la Caucasia meridional.

Aunque su reinado vio un conflicto familiar disruptivo relacionado con la sucesión real, Georgia siguió siendo un poder centralizado con un ejército fuerte.

A pesar de esta brillante victoria, Demetrio solamente pudo retener Ganyá durante unos años.

Según Mkhitar Gosh, Demetrio finalmente se apoderó de Ganyá, pero, cuando dio a su hija en matrimonio con el sultán, le presentó la ciudad como dote, y el sultán designó a su propio emir para gobernarla.

[13]​ Demetrio fue sucedido en 1156 por su hijo Jorge III, comenzando una etapa de política exterior más ofensiva.

El mismo año en que ascendió al trono, Jorge lanzó una exitosa campaña contra los Shah Arman.

Se puede decir que los Shah Arman participaron en casi todas las campañas emprendidas contra Georgia entre 1130 y 1160.

En 1156, la población cristiana de Ani se levantó contra el emir Fakr al-Din Shaddad y entregó la ciudad a su hermano Fadl ibn Mahmud.

El rey nombró a Ananiya, un miembro de la nobleza feudal local para gobernar la ciudad.

Se le unieron el Shah Arman Sökmen II, Ak-Sunkur, gobernante de Maragha, y otros.

Parecía no haber fin a la guerra entre Jorge III y el atabeg Eldiguz.

Tamar logró neutralizar a sus oponentes y se embarcó en una política exterior enérgica ayudada por el declive de los hostiles turcos selyúcidas.

Sin embargo, los georgianos volvieron a estar activos bajo Tamar, en especial en la segunda década de su gobierno.

Aunque Abu Bakr fue capaz de reanudar su reinado un año después, los Eldiguzids apenas pudieron contener más incursiones georgianas.

Alarmado por los éxitos georgianos, Solimán II, el resurgente sultán selyúcida de Rum, reunió a sus emires vasallos y marchó contra Georgia, pero su campamento fue atacado y destruido por David Soslan en la batalla de Basiani en 1203 o 1204.

Sin embargo, la aproximación mongola a las fronteras georgianas hizo que el plan de la Cruzada fuera poco realista.

Los antiguos enemigos eran ahora los aliados más cercanos (batalla de Köse Dağ) pero eso no impidió el avance mongol.

El Imperio selyúcida en su mayor extensión en 1092, tras la muerte de Malik Shah I
Expansión del reino de Georgia durante el reinado de David IV
Región del Cáucaso durante el dominio shaddádida (1072-1174)