El pueblo georgiano continua recordando el evento con un festival anual en septiembre conocido como Didgoroba («[el día] de Didgori»).
El ejército del rey David IV, tradicionalmente se ha estimado en 40.000 georgianos, 15.000 kipchaks, 500 alanos y 100 «francos» cruzados.
Las fuerzas georgianas se dividieron en varios grupos bajo David IV y su hijo, Demetrio.
Los simultáneos ataques contra los flancos selyúcidas, dejaron sólo una brecha en la retaguardia para que fuera posible una retirada.
Al ver esa brecha, el impacto psicológico de ser casi completamente rodeados, provocaría que los hombres sin líderes rompieran sus formaciones y se dirigirían a la seguridad a través de la brecha.
Sin embargo, en tres horas de batalla campal, las tropas selyúcidas se dispersaron y fueron completamente superadas.
Muchos de los que huyeron estaban siendo constantemente hostigados por la caballería georgiana durante varios días.
Después de la victoria, David IV se movilizó sin descanso contra los reductos de resistencia musulmana y al año siguiente, en 1122, asaltó Tiflis, por lo que la ciudad pudo convertirse, según un cronista georgiano, «por siempre un arsenal y capital para sus hijos».