Sucumbió a las invasiones mongolas del siglo XIII, pero logró reafirmar su soberanía en la década de 1340.
La lucha en contra del gobierno mongol creó una diarquía, con una ambiciosa rama lateral de la dinastía Bagrationi dominando Imericia, en Georgia occidental.
Los georgianos asistieron a todas las grandes campañas del Ilkanato y los hijos de los aristócratas sirvieron en la kheshig (guardia imperial).
[5] En 1330-1331, Jorge V el Brillante anexionó la región de Imericia uniendo toda Georgia en el proceso.
Su unidad finalmente se hizo añicos al final del siglo siguiente, un momento crucial en muchos aspectos: los otomanos tomaban Constantinopla, los safávidas alcanzaban el poder en Irán y las rutas comerciales entre Europa y Asia dejaron de pasar por Georgia.
La paz de Amasya, suscrita en 1555 en la hoy ciudad turca de Amasya entre los imperios safávida y otomano, dividió el país en dos esferas de influencia, que aún hoy se dejan sentir: el este, con influencia iraní (incluye Tiflis) y el oeste, con influencia turca (las actuales provincias costeras y a veces Kutaisi).
Pese a ello el reino de Kartli mantuvo una monarquía casi secreta que luchó contra los poderes extranjeros.