Las conquistas mongolas del reino de Georgia, que en la época estaba formada por Georgia propiamente dicha, Armenia, y gran parte del Cáucaso, implicaron numerosas invasiones y razzias a gran escala durante el siglo XIII.
La segunda invasión mongola del Cáucaso empezó con la expedición de Chormaqan contra Jalal ad-Din Mingburnu, ordenada por el kan Ögedei en 1231.
Hulagu lanzó un ataque a gran escala en 1256 y eliminó la presencia nizarí de la región.
Los mongoles hicieron su primera aparición en territorio georgiano cuando este último reino estaba aún en su cénit, dominando la mayoría del Cáucaso.
El primer contacto ocurrió a comienzos del otoño de 1220 (batalla del Monte Cáucaso), cuando aproximadamente veinte mil mongoles dirigidos por Subutai y Jebe perseguían al destronado sah Mohammed II de la dinastía corasmia hasta el mar Caspio.
Aunque Georgia estaba desprotegida, los mongoles habían llegado para reconocer y saquear, no a conquistar.
[9] Por ello, los mongoles se dirigieron al norte, saqueando Armenia nororiental y Shirván en su camino.
En 1223, cuando los mongoles parecieron retrasar sus planes sobre Georgia, la hermana y sucesora de Jorge IV, la reina Rusudán escribió en una carta al papa Honorio III, que los georgianos habían supuesto que los mongoles eran cristianos porque lucharon contra los musulmanes, pero habían resultado ser paganos.
La muerte de Mingburnu en 1231 propició la nueva incursión mongola; el ilustre comandante Chormaqan dirigió un gran ejército contra Georgia y sus principados armenios vasallos en 1236.
Sus extensas posesiones fueron devastadas, e Iwane tuvo que someterse finalmente a los invasores en 1238, con el consentimiento de la reina Rusudan.
El atabek Avag acordó su sumisión en 1243, y Georgia oficialmente reconoció al Gran Kan como su señor.
Con la muerte de Rusudan en 1245, comenzó un interregno durante el que los mongoles dividieron el Cáucaso en ocho tumens.
Después de un complot fallido contra el dominio mongol en Georgia (1245), Guyuk Kan hizo cogobernantes en 1247 a ambos pretendientes en la parte oriental y occidental del reino respectivamente.
La unidad de Georgia quedó destrozada; los nobles se atrevieron a rebelarse contra la corona, lo que naturalmente facilitó el control mongol del país.
El siguiente rey (oriental) georgiano Demetrio II, apodado el Devoto (1259-1289), intentó revivir su país merced a las intrigas que dividían el ilkanato, pero, sospechoso de haber participado en un golpe malogrado contra Arghun Kan, aceptó rendirse y fue ejecutado.
Los mongoles intentaron conservar el control sobre el país apoyando a los diversos candidatos y atizando el desorden civil, pero su influencia sobre Georgia se debilitó gradualmente con la desintegración del Ilkanato en Persia.
El hijo de Chupan, Mahmud, que mandaba la guarnición mongola en Georgia, fue arrestado por sus tropas y ejecutado.
[18] Los ocho ataques del conquistador turco-mongol Timur entre 1386 y 1403 significaron un duro golpe para el reino de Georgia.