En este nuevo sistema, se formó un Estado nacional basado en el orden constitucional, en la necesidad del pueblo mexicano por una reestructuración al intentar terminar con los privilegios de las clases dominantes (igualdad ante la ley), la reactivación de la economía y la restauración del trabajo.
[3] Con el transcurso de los años, la guerra se hizo más sangrienta y polarizó a la gente en la nación.
Tanto los conservadores como los liberales estaban de acuerdo en que, para superar la crisis política, se debía promover el cambio.
Ante lo inútil de su resistencia decidió no continuar en la lucha y abandonó el país, dejándolo inmerso en una guerra civil.
Las diversas entidades del país tomarían una posición y defenderían a uno de estos dos gobiernos.
La legislación dictada en Veracruz modificó sustancialmente diversos aspectos centrales de la vida nacional.
Sin embargo, mientras esos ordenamientos se convertían en realidad, la guerra civil había agotado y empobrecido al país.
Dichas naves, siendo de procedencia española, evitaron usar su correspondiente bandera en sus maniobras para no desencadenar algún problema diplomático mayor.
El mismo año, los liberales negociaron el Tratado McLane-Ocampo, encabezado por Melchor Ocampo, por medio del cual se cedía a algunas de las exigencias estadounidenses a cambio de una alianza militar defensiva y ofensiva entre las dos naciones.
Estos nuevos ataques a los intereses conservadores provocaron levantamientos por parte del ejército reaccionario.
Sin embargo, las ejecuciones de Melchor Ocampo y de Santos Degollado en 1861, llevados a cabo por las fuerzas conservadoras, contribuyeron a que la situación política, económica y social se tornara crítica.