Por medio de este tratado los límites entre el Virreinato del Brasil y el Virreinato de la Nueva Granada quedaban establecidos por medio de los artículos VIII y IX en los cuales se expresaba lo siguiente:[2] Bajará por las aguas de estos dos ríos ya unidos, hasta el paraje situado en igual distancia del citado río Marañón, o Amazonas, y de la boca del dicho Mamoré; y desde aquel paraje continuará, por una línea este oeste, hasta encontrar con la ribera oriental del río Jabarí, que entra en el Marañón por su ribera austral; y bajando por las aguas del Jabarí, hasta donde desemboca en el Marañón, o Amazonas, seguirá, aguas abajo de este río, hasta la boca más occidental del Japurá, que desagua en él por la margen septentrional.[3] Aunque Caldas y Almada eran los responsables de la delegación portuguesa, el ingeniero militar Teodósio Constantino Chermont, primer comisario, y el ingeniero Henrique João Wilckens, segundo comisario, tomaron las principales decisiones.[5] Sin embargo, prefirieron defender fronteras naturales, cuyos contornos conocían con más detalle, ya que los españoles ni siquiera tenían astrónomos en las expediciones destinadas para demarcar el norte: los estudios eran realizados por los lusitanos.[6] La intención luso-brasileña era la siguiente: partía de la desembocadura del Apaporis, seguía el Caquetá (Japurá) hasta el río de los Engaños, y debía continuar por este y aquel de sus afluentes que venía más al norte, hasta su cabecera, luego inclinado hacia el este para buscar las fuentes del Memachi, de modo que le pertenecían las aguas que van al Apaporis, Vaupés e Isana al Brasil y los que van al Memachi, Naquieni y otros afluentes del Guainía a la Nueva Granada (actual Colombia) hasta donde se extiende el territorio de los dos Estados.En el año 1851, se firmó un tratado entre Perú y Brasil a través del cual los países adoptaban como fronteras:[8] Este acuerdo peruano-brasileño, sin embargo, no fue reconocido por los gobiernos del Ecuador y de Colombia, que no sólo reclamaban la mayor parte de los actuales departamentos de Loreto (Perú) y Amazonas (Colombia), sino también la propiedad de la tierra entre los ríos Amazonas y Caquetá ubicada ahora en territorio brasileño.En 1853 viajó hasta Bogotá el diplomático brasileño Miguel María Lisboa, quién actuando como representante del Brasil en asuntos limítrofes, inició las negociaciones que terminaron con la firma del Tratado Lleras-Lisboa, suscrito entre dicho representante y el de Colombia, Lorenzo María Lleras; el acuerdo comprendía, además de la recta Apaporis-Tabatinga que se había negociado entre Perú y Brasil en 1851, los territorios que van al norte de la confluencia del río Apaporis con el Caquetá, siguiendo las aguas del primero hasta encontrar el afluente denominado Taraira, por este aguas arriba hasta su origen.[8] Dado que los tres países estaban entonces involucrada en una larga disputa internacional por las tierras al sur del río Caquetá, el gobierno brasileño decidió capitalizar con carácter provisional la recta geodésica Apaporis-Tabatinga, creada varias décadas antes como la frontera provisional entre Brasil y las naciones andinas de esta parte de la Amazonia.
Mapa del
Territorio del Caquetá
que muestra la «Línea Imaginaria de Chermont» y la «Línea de Requena».
Territorios en disputa por Perú, Ecuador y Colombia entre 1830 y 1950.
Cambios territoriales en el noroeste del Brasil entre 1903 y 1907.
Trazado limítrofe entre Colombia y Brasil con cuadro de convenciones que establece tres tipos de fronteras, de acuerdo a tratados antes establecidos.