Desde la década de 1990 se centró casi exclusivamente en Mortadelo y Filemón.
Entre otras distinciones ha sido condecorado con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 2002.
[7] Desde muy pequeño, desarrolló una gran afición por los tebeos y el cine cómico estadounidense.
[8] En octubre de 1947, con once años, se publicó su primer dibujo en la revista Chicos.
[4] Tras finalizar la enseñanza primaria en las Escuelas Guimerá, Ibáñez empezó a estudiar contabilidad, banca y Peritaje Mercantil y en 1950 entró a trabajar como botones en el Banco Español de Crédito,[9] labor esta que dos años después empezó a compaginar con colaboraciones en las revistas Nicolás, Chicolino, La hora del recreo, Alex, Liliput, El Barbas y sobre todo en las dos cabeceras humorísticas de la Editorial Marco: La Risa e Hipo, Monito y Fifí.
[20] Ibáñez, que en el terreno personal se convirtió en esos años en padre de dos hijas,[21] sufrió entonces la mercantilización e industrialización progresiva de sus personajes estrella, que le obligaba a trabajar a destajo (hasta 40 páginas semanales),[22] abandonar sus otros personajes y recurrir a colaboradores.
[26] Mientras tanto, Ibáñez comenzó a trabajar para otra editorial, Grijalbo, donde en 1986 creó nuevos personajes para la revista Guai!
[16] Como continúa explicando Armando Matías Guiu: Configuran así un tipo de humor mucho más directo y explosivo, más propenso a la carcajada que el de sus predecesores, como Peñarroya y Escobar.
Se presenta en estas ocasiones como un individuo engreído que cobra muchos millones por dibujar y también que trabaja mucho, aunque sus propios personajes hacen burla de su capacidad para dibujar bien.