Fue el propio descubridor el que propuso los nombres, inspirado por el libro XV de la Ilíada, en el que el dios Ares (Marte en la mitología romana) invoca al miedo (fobos) y al terror (deimos).
[9] En esa época, Hall estaba buscando sistemáticamente los supuestos satélites de Marte.
El tamaño y las características orbitales de los satélites de Marte han limitado durante mucho tiempo su observación a solo las ocasiones favorables: cuando el planeta está en oposición y los dos satélites alcanzan elongaciones adecuadas —que concurren cada dos años aproximadamente— o cuando las condiciones son particularmente favorables —verificándose más o menos cada dieciséis años—.
La investigación se reanudó en 1956 encaminada principalmente a la identificación de nuevos satélites.
Fue reavivada en 1966 por el mismo Shklovski en el libro Intelligent Life in the Universe escrito con Carl Sagan (1934-1996).
En 1988, coincidiendo con las misiones soviéticas del programa Phobos, Kudriávtsev y sus colegas llevaron a cabo varias observaciones.
[18] La densidad de Fobos es muy baja para ser una roca sólida y se sabe que tiene una porosidad significativa.
[19][20][21] Estas observaciones sugirieron que Fobos podría tener una reserva sustancial de hielo.
Los investigadores creen que estos surcos han sido excavados a causa del material expulsado hacia el espacio por impactos sobre la superficie de Marte.
La órbita inusualmente cercana de Fobos al planeta Marte produce algunos efectos sorprendentes.
Observado desde Fobos, Marte podría parecer 6400 veces más grande y 2500 veces más brillante que nuestra luna llena vista desde la Tierra, ocupando un cuarto de la amplitud de un hemisferio celeste.
Por este motivo aparece en el occidente, se mueve comparativamente, en forma rápida a través del cielo (en 4 horas 15 minutos o menos) y se pone al este, aproximadamente dos veces por cada día marciano (cada 11 horas y 6 minutos).
La órbita de Fobos es tan baja que su diámetro angular, visto por un observador en Marte, varía visiblemente según su posición sobre el firmamento.
Un observador situado en la superficie marciana en una posición adecuada podría ver el tránsito de Fobos a través del Sol.
Algunos de estos tránsitos han podido ser fotografiados por el explorador marciano Opportunity apuntando sus cámaras hacia el Sol.
Estos tránsitos duran muy poco tiempo (alrededor de medio minuto), ya que Fobos se mueve con relativa rapidez por el firmamento, además de que el Sol es muy pequeño visto desde Marte (en comparación con la vista desde la Tierra).
La observación de Fobos desde la Tierra se ve obstaculizada por su pequeño tamaño y su proximidad al planeta rojo.