Los habitantes de Laputa están muy interesados en las matemáticas y la música, pero no saben emplear sus conocimientos con fines prácticos.
Descritos como distraídos, se pierden cuando conversan con otros, motivo por el cual son asistidos por "golpeadores" que les indican cuando hablar y cuando escuchar.
Su escasa habilidad se pone de manifiesto al relatar el autor la incapacidad para diseñar adecuadamente la ropa.
Durante los 90 estuvo en activo en Japón una banda llamada Laputa, dentro de la corriente del rock visual.
Dado el evidente carácter malsonante en español como «la puta» —el cual fue usado deliberadamente por Jonathan Swift en referencia a Gran Bretaña y su dominación sobre Irlanda—, muchos traductores y editores han decidido cambiar el nombre por otros parecidos, por ejemplo: Lupata,[2] Laput o Lapuda.