Filmjölk

Este ácido da al filmjölk un sabor agrio y hace que las proteínas de la leche, principalmente caseína, coagulen, espesando así el producto final.

Las bacterias también producen una cantidad limitada de diacetilo, que da al filmjölk su sabor característico.

En Suecia suele venderse en paquetes Tetra Pak de 1 kg con bacterias vivas, que ayudan a mantener el equilibrio entre las benignas y las perjudiciales en el intestino.

Debido a que el filmjölk solo sabe algo agrio, mucha gente le añade azúcar, mermelada, compota de manzana, canela, jengibre, fruta o bayas.

Aunque el filmjölk casero se ha elaborado desde hace mucho (registros escritos del siglo XVIII hablan de productos similares, pero probablemente se ha preparado desde la época de los vikingos o antes),[8]​ fue introducido al mercado sueco como producto comercial en 1931 por la cooperativa láctea sueca Arla.

[11]​ El filmjölk de fresa se hizo tan popular que pronto le siguieron otros sabores.

[12]​ Desde 2007 entre las variantes del filmjölk se cuentan varias con distinto contenido graso, las saborizadas con fruta, vainilla o miel, y también las elaboradas con bacterias probióticas, que supuestamente mejoran la salud, como el Onaka fil, que contiene Bifidobacterium lactis (una cepa de bacteria popular en Japón),[13]​ y Verum Hälsofil, que contiene Lactococcus lactis L1A en cantidades de al menos 10 millardos de bacterias vivas por decilitro.

Filmjölk en un vaso.