El género trata ampliamente con temas tabúes como la drogadicción, la sexualidad, la violencia, el incesto, la pedofilia y la delincuencia.
El término fue acuñado en los '90 por el crítico literario Michael Silverblatt en Los Angeles Times,[1] para describir un género de ficción que explora gráficamente hechos y acciones tales como prácticas sexuales aberrantes, violencia urbana, relaciones familiares disfuncionales y el uso de drogas.
A esta clase de novelas se les describe usualmente con como «subversivas», «vanguardistas», «crudas» y hasta «pornográficas».
[3][4] Chuck Palahniuk es actualmente su principal representante con novelas como Monstruos invisibles y El club de la lucha.
Por las restricciones habituales y convenciones literarias, sus defensores afirman que la ficción transgresiva es capaz de hacer comentarios sociales penetrantes.
También hay cierta superposición con el minimalismo literario, ya que muchos escritores transgresores utilizan frases cortas y un estilo más simplista.
El género se caracteriza también por características visuales distintivas, como formatos pequeños, presentar todo el texto en cursivas y cubiertas extrañas.
Muchas de las obras que hoy son consideradas clásicas tratan temas controvertidos y criticaron duramente las normas sociales.
Escritores tempranos del siglo XX como Octave Mirbeau, Georges Bataille y Arthur Schnitzler, que exploraron el desarrollo psicosexual, son también importantes antepasados.
desafió la afirmación de la obscenidad en la corte federal y se le concedió el permiso para imprimir en los EE.
Fue una gran influencia en la cultura popular, pero fue retirada posteriormente en el Reino Unido y fuertemente censurada en los EE.
Esto se ejemplifica por la influencia del canadiense Douglas Coupland y su novela de 1990 Generación X: Cuentos para una cultura acelerada, que exploró una economía sombría y una cosmovisión de apocalipsis.
En Perú el género está representado principalmente por Dany Salvatierra con sus novelas El síndrome de Berlín y Eléctrico Ardor.