Explicaciones mecánicas de la gravitación

Sin embargo, estos modelos ya no se consideran teorías viables dentro de la comunidad científica dominante y la relatividad general es ahora el modelo estándar para describir la gravitación sin el uso de acciones a distancia.

La teoría postula que la fuerza de gravedad es el resultado de pequeñas partículas u ondas que se mueven a gran velocidad en todas direcciones, a lo largo del universo.

Crítica: Esta teoría fue rechazada principalmente por razones termodinámicas porque en este modelo solo aparece una sombra si las partículas u ondas son absorbidas al menos parcialmente, lo que debería provocar un enorme calentamiento de los cuerpos.

[2]​[3]​ Debido a sus creencias filosóficas, René Descartes propuso en 1644 que no puede existir ningún espacio vacío y que, en consecuencia, el espacio debe estar lleno de materia.

La materia rugosa no puede seguir este movimiento debido a su mayor inercia, por lo que debido a la presión de la materia exterior condensada, esas partes serán empujadas hacia el centro del vórtice.

[4]​[5]​[6]​ Esta idea sobre la formación del cosmos por vórtices de materia fue precedida por los antiguos atomistas presocráticos Leucipo y Demócrito.

Pero una teoría de la gravitación tiene que explicar esas leyes y no debe presuponerlas.

Sin embargo, el físico William Thomson, primer barón Kelvin, desarrolló un enfoque bastante distinto.

También afirmó que tal proceso era consistente con todos sus otros trabajos y las Leyes del movimiento de Kepler.

Sin embargo, aunque más tarde propuso una segunda explicación (véase la sección siguiente), los comentarios de Newton a esa pregunta siguieron siendo ambiguos.

Riemann especuló que el éter absorbido se transfiere a otro mundo o dimensión.

También debe surgir algún arrastre, y no se conoce ningún proceso que conduzca a la creación de materia.

Por analogía con la sustentación, surge una fuerza que empuja todos los cuerpos hacia la masa central.

[17]​ Crítica: Tanto Newton como Euler no dieron ninguna razón por la cual la densidad de ese éter estático debería cambiar.

[19]​ Lord Kelvin (1871) y Carl Anton Bjerknes (1871) asumieron que todos los cuerpos pulsan en el éter.

Esta hipótesis también ha sido examinada, entre otros, por George Gabriel Stokes y Woldemar Voigt.

Además, el éter debe ser incompresible para garantizar que la atracción también surja a distancias mayores.

[19]​ Estas explicaciones mecánicas de la gravedad nunca obtuvieron una aceptación generalizada, aunque los físicos siguieron estudiándolas ocasionalmente hasta principios del siglo XX, momento en el que se consideraban generalmente desacreditadas.

P5: Permeabilidad, atenuación y proporcionalidad de masa
Vórtices de éter alrededor de los cuerpos celestes