También encontramos su figura en la literatura artística posterior (Jusepe Martínez, Antonio Palomino).
[2] Eugenio empezaría a formarse en el taller de su padre y, según Jusepe Martínez, estudió mucho tiempo en Roma.
[3] Bajo la tutela de Patricio, Eugenio aprendería las técnicas del fresco, el estuco y el dorado decorativo que luego aplicaría en encargos posteriores.
Según declara en su testamento Pantoja de la Cruz, con quien trabó amistad Cajés, también habría aprendido la talla en marfil, pero no se conoce ninguna obra.
Paralelamente, Cajés trabaja en algunos lienzos de gran formato en Toledo donde muestra un estilo propio ya formado.
Son constantes en su obra un estilo delicado, de suaves líneas y rostros dulces e inexpresivos.