Vivió en París dos años, a partir de 1974, en una buhardilla que le alquiló la escritora Marguerite Duras; allí escribió su segunda novela, La asesina ilustrada.
Publicó su primer libro en 1971, la novela breve Mujer en el espejo contemplando el paisaje, escrita mientras hacía el servicio militar en el norte de África.
[10] Historia abreviada de la literatura portátil (1985) marca la primera vez en que el autor mezcla ensayo y ficción; Vila-Matas lo califica de "intento prematuro" y constata: «En el periódico El País fue liquidada con unas palabras demoledoras: “Se nota que el autor veranea en Cadaqués”».
También su humorismo extremadamente serio estaba ya en ese libro: Vila-Matas se presentaba como un Buster Keaton de la literatura».
Otros libros que contienen ensayos literarios son: Para acabar con los números redondos (1998), Desde la ciudad nerviosa (2000), Extrañas notas de laboratorio (2003, aparecido en Venezuela), Aunque no entendamos nada (2003, Chile), El viento ligero en Parma (2004, México), Y Pasavento ya no estaba (2008, Argentina).
Sobre su experiencia de juventud en la capital francesa escribió un irónico París no se acaba nunca (2003).
En septiembre de 2007 regresa al cuento y publica Exploradores del abismo, tras una enfermedad grave.
En el Dietario voluble, de 2008, se decanta cada vez más por borrar las fronteras entre la ficción, el ensayo y la biografía.
En París, por ejemplo, algunos lectores han creído ver que hablo de Christian Bourgois, mi editor francés».
Parte de un sueño premonitorio: «Lo tuve hace tres años en el hospital, cuando estuve gravemente enfermo.
Es este tramo un periodo de transfiguración en su obra, pues con su narrativa proteica ha llegado a fundar un nuevo "género" en el que el relato se pierde en el ensayo y en donde asimismo explora la novela con un trayecto crítico.
Aire de Dylan despliega un gran humor, e ironiza sobre la productividad literaria al tiempo que crea la figura del novelista "arrepentido".