Cuadernillo es cada pliego que se dobla en forma de cruz o en cuatro, para ser incluido en un libro.Si en vez de pegarse, tanto las hojas interiores como las tapas van simplemente grapadas, el coste es menor todavía.En los últimos años del siglo XIX comenzaron a aparecer editoriales que empleaban la técnica de la encuadernación en rústica y la publicación editorial masiva para comercializar ejemplares literarios de forma barata y, por tanto, accesible a personas con menor capacidad económica.La encuadernación en rústica existe desde mediados del siglo XIX, pero se popularizó alrededor de 1930.[2] Este tipo de publicaciones eran además más propicias para el intercambio y el préstamo (por una pequeña cantidad de calderilla) en kioscos, por su escaso valor económico, su abundancia y su escasa durabilidad física.El propósito del enlomado es fortalecer la unión de las hojas; es un proceso necesario para que no se deshaga ni descomponga el libro, para lo que necesitaremos cabezadas (gasa o tejido claro que va unido en la parte superior a un cordoncillo de hilo de diversos colores), percalina o tarlatana (trozo de tela que se pega entre las cabezadas, para favorecer así la unión a las tapas) y un papel algo recio para hacer el forro.Por la parte de fuera se le puede añadir papel o cualquier materia que sirva para darle gordo, cuerpo y redondeado a la tapa.Antiguamente las tapas podían tener cada una un cordón para hacer un nudo y resguardar las hojas; a veces incluso, una modesta cerradura o cerrojo.Pero la verdadera encuadernación no pudo tener lugar hasta que se inventaron los códices de pergamino.Al principio, debió ser muy sencilla y poco artística formando las cubiertas del códice otra piel más gruesa sobre tablitas de madera.En dichas encuadernaciones pueden distinguirse cinco épocas: Actualmente se incluyen como artes gráficas todos los procesos técnicos relacionados con la industria del libro, que antes eran tradicionalmente procesos artesanales y además la impresión digital, la digitalización y el diseño gráfico.En la Edad Moderna desaparecen casi por completo las encuadernaciones de gran lujo o con metales preciosos y solo por excepción se usan alguna vez para obsequios personales.En cambio, se hacen más artísticas las de lujo mediano e incluso las ordinarias dando Italia la norma del gusto y estilo en las mismas.Se sustituye la madera por el cartón para aliviar el peso del libro y evitar su destrucción por la carcoma, aunque todavía en el siglo xvi se encuaderna a menudo con tablas y se da más importancia que antes al lomo del libro, decorándolo e imprimiéndole rótulos ya que ha de quedar visible en la estantería.Pueden imponerse a las pastas motivos heráldicos en dorados como escudos, monogramas, rosetas, rosetones, abanicos, grecas, florones, granadas, racimos, motivos vegetales y o florales, cenefas, arabescos, orlas, puntillé o gofrado, enmarcados por rectángulos de hilo dorado, aunque el oro se suele reservar para el lomo.En los últimos años del siglo XIX comienzan a aparecer editoriales que emplearon la técnica de la encuadernación en rústica y la publicación editorial masiva para comercializar ejemplares literarios de forma barata, y por tanto accesibles a personas con menor capacidad económica.Un ahorro en los costes de producción del papel industrial se produjo además, ajustando los tamaños de fabricación a formatos específicos para evitar sobrecostes ciñéndose a medidas propuestas estándar, establecidas mundialmente.Algunos países de América como Canadá, Chile, Estados Unidos, México, Colombia, Venezuela, etc., no han llegado a adoptar las normas internacionales sobre las medidas del papel, manteniéndose los formatos basados en el sistema de medidas Imperial (Británico), y en otros se usan ambos formatos en simultáneo, como en España, Perú, Argentina o Brasil.Algo tan corriente como un recibo puede ser de muchas maneras diferentes como por ejemplo: Puede necesitar ser cosido, grapado y pegado todo a la vez y además perforado en varias partes para que las hojas se separen por lugares predeterminados.
Encuadernación en piel repujada con guarniciones, siglo
xiii
Encuadernación con guarniciones metálicas, siglo
xvi