Los diferentes cuadernillos se apilan luego con el fin de encuadernarse formando el libro final.
Un cuaderno se hace con una hoja plana de pergamino, papel, etc destinada a ser plegada.
Para su fijación será preciso el uso de pestañas o cartivanas, aunque tal uso fue limitado.
Tras el plegado, los cuadernos se pueden encartar para coser a ambos lados del pliegue con alambre metàlico grapado (folleto, semanario).
Para libros más grandes, como diccionarios, se cosen cuadernillos apilados debajo de la encuadernación con hilo vegetal.