Si bien no existía ninguna ley que lo estableciese, esta dignidad era tradicionalmente tomada por el heredero al trono del reino de Hungría.
Parelalmente existía un "ban" o "gobernador" que administraba la región de Eslavonia, pues en muchos casos las personalidades reales si bien portaban el título de duque, no realizaban gestiones administrativas.
Tras la muerte de Béla III, Emerico ascendió al trono en 1196 y al poco tiempo, su hermano menor Andrés (el posterior rey Andrés II de Hungría) se rebeló ante su hermano, y forzó al rey a que le otorgase el título de dux dalmatiae et croatiae en 1197, y en 1198 el de dux Ramae, todas regiones eslavas relacionadas con Eslavonia.
Décadas después, luego de ser coronado Béla IV le dio esta dignidad a su hijo mayor, Esteban (el futuro rey Esteban V de Hungría), y en 1260 lo transfirió a su hijo menor también llamado Béla.
Ante la siguiente crisis vivida luego de que Ladislao IV se uniese a los cumanos y abandonase su estilo de vida cristiano occidental, maltratando al clero y repudiando a su esposa Isabela de Anjou, fue el momento apropiado para que actuase el nieto del fallecido rey Andrés II, llamado también Andrés en su honor.
En 1295, puesto que Andrés no tenía herederos, igual que como sucedió con Isabela la Cumana, la reina madre tomó entonces el título de "ducissa totus Sclavonie et gubernatrix citra danibialium partium usque maritima" (Duquesa de toda Eslavonia y gobernadora de los territorios desde el Danubio hasta el Mar).