Se estima que el príncipe Esteban habría sido un hijo ilegítimo, o bien no participó abiertamente en cuestiones públicas y por esto no habría tenido importancia política previa.
[3][4][5] Tras la muerte del rey húngaro Ladislao IV surgieron muchos pretendientes a la corona húngara.
No obstante, su prematura muerte en 1295 le impidió obstaculizar la permanencia en el trono de Andrés, quien ya había sido coronado en 1290.
Durante el reinado de Andrés III se sucedieron varios enfrentamientos con el duque de Austria Alberto I de Habsburgo, los cuales concluyeron con victorias para Hungría gracias al mando y estrategia del noble Mateo Csák, quien sirvió al monarca húngaro en la batalla más importante en 1292.
Para 1298 Alberto fue elegido emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y de esta forma las relaciones entre los alemanes y húngaros se afianzaron poderosamente por casi media década.