Isabel Piast de Hungría

Isabel llegó a ser una figura protagónica y de gran influencia en la política húngara en el siglo XIV gracias a su fuerte carácter, destreza política y extrema longevidad, pues murió a los 75 años de edad, lo que en su época resultaba absolutamente fuera de lo común.

Un aliado muy valioso del rey polaco en sus batallas era el rey húngaro Carlos Roberto, a quien le dio su hija Isabel, después de que este enviudase por tercera vez.

Los tres monarcas acordaron un pacto de no agresión y colaboración mutua para una mejor relación política y económica, negociación en la que Isabel tuvo gran protagonismo, en parte porque el rey polaco era hermano de la reina consorte.

Según la Crónica Ilustrada húngara, Isabel resultó herida en medio del caos mientras intentaba proteger a sus hijos cuando Zách se abalanzó sobre la mesa real para atestar un golpe mortal al rey, causando una herida leve en la mano del monarca, pero mutilando cuatro dedos de la mano de la reina Isabel.

Esta situación provocó las siguientes campañas militares de Luis I contra Nápoles, de las cuales la segunda resultó victoriosa, pero por impráctica, el monarca húngaro no mantuvo bajo su control el Estado italiano.