En cristalografía, se llaman formas cristalinas no cerradas, que constan de dos superficies con un borde común.
Estas formas se denominan domos (δῶμα "casa") si las dos superficies están reflejadas entre sí, o esfenoides (σφήν "cuña") cuando se fusionan mediante dos operaciones de simetría.
[2] Un diedro puede considerarse un prisma degenerado cuyas bases son polígonos planos de dos caras que están conectadas "espalda con espalda", de modo que el objeto resultante no tiene profundidad.
Los polígonos deben ser congruentes, pero pegados de tal manera que uno sea la imagen especular del otro.
Esta caracterización es válida también para las distancias en la superficie de un diedro, por lo que el enunciado del teorema de Aleksándrov requiere que los diedros se consideren poliedros convexos.