Poliedro regular

Kepler redescubrió estos dos poliedros y los describió en su obra «Harmonices mundi» en 1619.

La mayoría de los poliedros arquimedianos tienen valores angulares iguales, lo que se puede aprovechar para generar empaquetamientos y agregaciones.

[cita requerida] El tetraedro regular es el punto de partida para escolleras que necesitan una resistencia especial.

La Europa Comunista construyó en masa estas células habitacionales, aunque los resultados óptimos se han obtenido en lugares económicamente boyantes como Canadá.

Las aplicaciones más primarias formalmente partían del cubo y también se han utilizado en formas tetraédicas u octaédricas.