En Sant'Angelo Lodigiano se halla la basílica de San Antonio Abad y Santa Francisca Cabrini y en Lodi Vecchio la basílica de los XII Apóstoles.
El rito ambrosiano es utilizado solo en las parroquias de Colturano y Balbiano.
El primer testimonio de la existencia de una comunidad cristiana en Lodi se remonta al siglo IV, cuando, hacia los años 304-305, fueron martirizados en Laus Pompeia (hoy Lodi Vecchio) los santos mártires Víctor, Nabor y Félix, quienes dieron el impulso vital para la cristianización de la ciudad.
El sucesor de Bernardo Talenti, Egidio Dell'Acqua, obtuvo del emperador Enrique VII nuevos feudos y tierras para él y sus sucesores.
Después de su muerte, las facciones gibelina|güelfas y gibelinas dentro del capítulo eligieron dos candidatos opuestos, pero ninguno obtuvo la confirmación papal.
En la época tridentina, san Carlos Borromeo dio un gran impulso a la renovación de la diócesis, cuya influencia en la diócesis de Lodi fue más decisiva que en otros lugares.