[2] Según datos arqueológicos, las primeras indígenas poblaron estas zonas entre el año 600 y 630 d. C. Se sabe que estas tribus eran aguerridas y fueron una de las últimas en ser sometidas por los españoles durante la conquista del territorio nicaragüense.
Estas constituían una región periférica a la Gran Nicoya, donde tenían relaciones comerciales e intercambio de cerámica.
Juigalpa, su cabecera departamental, presenta un registro histórico de muchos siglos, y aunque esta población ya existía como un asentamiento indígena, sólo se menciona en el año 1659, cuando el alcalde Don Jerónimo de Villegas, solicita tierras a los representantes españoles asentados en Guatemala.
[3] Al ocupar las planicies junto a los lagos de Nicaragua, los Chorotega y nahuas expulsaron a su vez a otras tribus previamente asentadas en el lugar, que fueron empujados hacia las mesetas centrales de Nicaragua (donde serían conocidas como chontales), y los Corobicíes, que encontraron refugio en la cordillera de Guanacaste.
Aún quedan algunos sitios con nombres como Quimichapa (entre Acoyapa y El Coral), Tepenaguasapa (río que nace en los bosques de El Almendro y Ayostepe, una pequeña colina cerca de El Rama.