De re diplomatica

Accedunt commentarius de antiquis regum Francorum palatiis, veterum scripturarum varia specimina, tabulis LX comprehensa nova ducentorum, & amplius, monumentorum collectionio.Sus conclusiones fueron muy severas para los diplomas monásticos que supuestamente se remontan al período merovingio (y en particular los de la Abadía de Saint-Denis); consideró que se habían hecho muchas falsificaciones alrededor del siglo XI.Al contrario que el opúsculo elaborado por Daniel van Papenbroeck, basado en muy pocos ejemplos, Mabillon se vanagloriaba, como indica su título, de presentar una gama muy amplia de documentos y de haberlos reproducido en parte en facsímiles en su obra (libro V): 58 láminas a toda página, grabados calcográficos realizados por Pierre Giffart, que contribuyeron al reconocimiento que logró entre el público.«No tengas problema, siempre que tengas ocasión, en decir públicamente que comparto enteramente tu opinión.»[6]​ En 1703, Barthélémy Germon, jesuita del Liceo Louis-le-Grand, publicó un texto duramente crítico contra la obra de Mabillon: De veteribus regum Francorum diplomatibus et arte secernendi antiqua diploma a falsis, ad r. p. J. Mabillonium discceptatio (París, 1703, in-12).[7]​ Este ataque fue una oportunidad para Mabillon de publicar un suplemento a su libro, que ya venía preparando desde hacía algún tiempo: Librorum de re Diplomatica Suplementum, in quo archetypa en su libris proposita ipsæque regulæ denuo confirmantur, novisque speciminibus et argumentis asseruntur & illustrator (París, 1704).Fue su discípulo Thierry Ruinart quien, a partir de las notas que había dejado, entregó al público esta segunda edición en 1709.
El Suplemento, incautación revolucionaria de la biblioteca del cabildo catedralicio de Reims.