Las coterías políticas, religiosas, científicas, incluso sacrifican el bien común, la verdad, la productividad, y/o la justicia, para conservar el honor y/o las propias ventajas y/o las posiciones ya logradas.
La literatura también conoció las coterías literarias, abocadas a defender la reputación y los éxitos de sus miembros, aún sacrificando el sentido común, el buen gusto, o la justicia, para favorecer al máximo sus intereses y sus conveniencias.
En este contexto, los medios están siempre justificados, y no se considera reprobable perseguir o acosar a los disidentes, y a todos aquellos que circunstancialmente molesten o dificulten sus planes.
En esta última, muestra una academia orientada a establecer sus propias reglas, según se expone en la escena 2 del acto tercero.
Se cree que este gusano infectó a aproximadamente un millón y medio de máquinas por todo el mundo.
A pesar de las connotaciones negativas asociadas con el término "Cabal", muy posiblemente herencia del Cabal Ministry, en el caso particular recién mencionado, la connotación específica más bien se orienta al concepto "chiflados simpáticos".
[12] El segundo ejemplo se refiere al antiguo primer ministro británico, Gordon Brown, quien en su momento apoyó las sanciones de Naciones Unidas contra Zimbabue, abiertamente denunciando a los líderes del régimen como un "cabal criminal".
Además, muchas Teorías de conspiración masónica han presentado a la Francmasonería como un gran y discreto cabal internacionalista.