El estudio académico de tal situación fue introducido formalmente por el sociólogo norteamericano Robert K. Merton, para quien el término significa resultados que no son imaginados o previstos (limitados) por la intención original del actor social.
[1] Esta situación es generalmente descrita como obedeciendo a una Ley de las consecuencias imprevistas, la cual estipularía que cualquier acción humana, especialmente las que envuelven o afectan a grupos humanos extensos, tendrá consecuencias no anticipadas o calculadas.
[2] Usualmente se percibe que tales consecuencias serán - en especial en relación con sistemas socioeconómicos - no deseables.
El estudio -“The Impact of Legalized Abortion on Crime”- presenta evidencia que estados de ese país que legalizaron el aborto tempranamente vieron caídas tempranas en las tasas de criminalidad.
[5] En Chile, durante décadas la iglesia y algunos partidos se opusieron aprobar la ley de divorcio bajo el argumento que destruiría el matrimonio.
Tras ser uno de los últimos países del hemisferio occidental[aclaración requerida] en aprobarlo en 2005, ocurrió precisamente lo contrario.
La ley fomentó el matrimonio de muchos que no podían separarse, y aumentó el deseo por adquirir el vínculo matrimonial el cual venía en decadencia.
Se ha alegado que clasificar universidades tiene resultados negativos, debido a que "al concentrarse exclusivamente en la intensidad de la investigación, quedan al margen otras dimensiones, como la enseñanza y el aprendizaje, el compromiso de la comunidad educativa, la misión y la innovación, además del impacto socioeconómico sobre el establecimiento".
El resultado final es un parque vehicular artificialmente aumentado y donde los automóviles recién ingresados suelen ser más contaminantes que los ya existentes.