Análisis modal de fallos y efectos

Toyota ha llevado este proceso un paso más lejos con su enfoque Design Review Based on Failure Mode (DRBFM).

Este método es aceptado por la Sociedad Americana para la Calidad que ofrece guías detalladas para su aplicación.

Un AMFE también documenta el conocimiento existente y las acciones sobre riesgos o fallos que deben ser utilizadas para lograr una mejora continua.

La finalidad de un AMFE es eliminar o reducir los fallos, comenzando por aquellos con una prioridad más alta.

Se desarrolla en tres fases principales en las cuales las acciones adecuadas deben ser definidas.

Para comenzar, es necesario describir el sistema y su función, ya que un buen entendimiento del mismo simplifica su análisis.

De esta forma un ingeniero puede comprobar qué usos del sistema son adecuados y cuáles no.

Este diagrama ofrece una visión general de los principales componentes o pasos en el proceso, y como estos están relacionados entre sí.

(Daños a personas) (La detección basada en la atención del operario NO se considera.

El modo de fallos debe ser listado en términos técnicos y por función.

Por lo tanto es necesario dejar constancia por escrito de estos efectos tal como los verá o experimentará el usuario.

Cada efecto recibe un número de gravedad (S) que va desde el 1 (sin peligro) hasta el 10 (crítico).

En este paso es necesario observar la causa del fallo y determinar con qué frecuencia ocurre.

Cuando las acciones adecuadas se han determinado, es necesario comprobar su eficiencia y realizar una verificación del diseño.

Posteriormente deben identificarse técnicas de testeo, análisis y monitorización que hayan sido utilizadas en sistemas similares para detectar fallos.

Tras estos tres pasos básicos se calculan los números de prioridad del riesgo conocido como (NPR).

Después de evaluar la gravedad, incidencia y detectabilidad los números de prioridad del riesgo se pueden calcular multiplicando estos tres números: NPR = S x O x D. Esto debe realizarse para todo el proceso o diseño.

Una vez está calculado, es fácil determinar las áreas que deben ser de mayor preocupación.

Estas acciones pueden incluir inspecciones específicas, testeo, pruebas de calidad, rediseño, etc.

Siempre que se realicen cambios en un proceso o diseño, debe actualizarse el AMFE.

Si se utiliza como una herramienta vertical y jerárquica, AMFE puede identificar solo los grandes fallos del sistema.

Un gráfico del proceso FMEA (en Ingles)