Condado de Cerdaña

[1]​ Sunifredo los rigió hasta que murió hacia 848, quizás asesinado por hombres fieles a Guillermo II de Tolosa, hijo de Bernardo de Septimania, conde ejecutado el 844 en Tolosa por haberse rebelado contra el rey Carlos el Calvo, al que Sunifredo se había mantenido leal.Por eso, a la muerte de Wifredo el Velloso (897) sus hijos —Wifredo Borrell, Miró, Sunifredo y Suñer— pasaron a gobernar conjuntamente todos los dominios de su padre, administrándolos bajo presidencia del primogénito, Wifredo Borrell.En la Cerdaña, el conde Wifredo II (988-1035) abdicó y se hizo monje en San Martín del Canigó.Esta situación bélica debilitó seriamente el poder condal; los nobles se aprovecharon vendiéndose al mejor postor.En este momento de marasmo político, en Cerdaña se produjo la revuelta del vizconde Bernardo Sunifredo.Además, por un posterior pacto de pacificación, el vizconde cedió a Ramón Wifredo su castillo alodial de Jóc en Conflent, para recuperarlo después junto con tres fortalezas más: Sant Martí d'Aravó, Miralles y Queralt, situadas en el valle del Segre, por las cuales, Bernardo Sunifredo juró fidelidad a Ramón Wifredo.Bernardo conservó no sólo el título de vizconde, sino también sus dominios, muy amplios en la región occidental del condado.Además, la ausencia del conde Guillermo Jordán (1095-1109), que en 1101 marchó hacia Tierra Santa como cruzado, debilitó el poder condal.Guillermo de Salsa reclamó sus derechos sobre el condado y así se generó un contencioso, no resuelto hasta 1134, gobernando ya Ramón Berenguer IV, hijo y sucesor de Ramón Berenguer III.Pedro murió sin descendencia y, en aplicación del testamento paterno, el condado pasó a su hermano Sancho en 1181.En 1212, Pedro II de Aragón concedió el Rosellón en feudo a Nuño Sánchez.Luis VIII de Francia concedió a Nuño Sánchez en feudo vitalicio la Fenolleda y el Perapertusa (1226), dominios que el ya conde de Cerdaña vendió a Luis IX en 1239.En 1463, Luis XI ocupó los condados, territorios desde los que a partir de 1472, y cuando la guerra ya se había acabado en el resto de Cataluña, empezó a extenderse la revuelta contra los franceses.Así, Damián Descatllar tomó la Torre Cerdana en 1474 e intentó apoderarse de Puigcerdá en 1477.