Concierto para piano n.º 3 (Rajmáninov)

Luego el piano toma la palabra con un corto pasaje de dos arpegios, uno descendente y otro ascendente, que dan paso al último movimiento sin pausa.

La pieza acaba con las mismas cuatro notas rítmicas; según algunos expertos afirma ser la firma musical del compositor,[1]​ como en el Segundo Concierto para piano.

Józef Hofmann, a quien Rajmáninov había dedicado la obra, nunca lo interpretó públicamente, argumentando que "no era para él".

Y Gary Graffman se lamentaba de no haber aprendido este concierto cuando fue estudiante, cuando "todavía era lo suficientemente joven para enfrentarse al miedo".

[2]​ Por las restricciones de tiempo, Rajmáninov no pudo practicar la obra mientras estaba en Rusia, y lo hizo en un piano mudo que embarcó con él en su viaje a los Estados Unidos.

La primera interpretación en Inglaterra fue ofrecida por G. T. Ball (más adelante Sir George Thalben-Ball) en el Royal College of Music de Londres.

La primera grabación del concierto fue realizada por Vladímir Hórowitz acompañado por la Orquesta Sinfónica de Londres dirigida por Albert Coates para la casa His Master's Voice en 1930.

Los críticos suelen destacar las versiones de Vladímir Hórowitz (en particular la que realizó con Sir John Barbirolli en 1941,[5]​) Earl Wild, Arkadi Volodós, Lázar Berman, Van Cliburn y Yevgueni Kisin.

En torno a este concierto gira la película Shine (1996), que narra la vida del pianista australiano David Helfgott.

El principio del tema inicial del Concierto para piano n.º 3 .
Un fragmento de la cadenza original ( ossia , ‘versión alternativa’).