Durante la Primera Guerra Mundial se instaló en los Estados Unidos, convirtiéndose en ciudadano estadounidense en 1926.
En 1924 pasó a ser el primer jefe del departamento de piano del recién creado Instituto de Música Curtis, Filadelfia, y dirigiendo el Instituto entre 1927 y 1938.
Jugó un papel decisivo en la contratación de músicos ilustres como Efrem Zimbalist, Fritz Reiner, Marcella Sembrich y Leopold Auer como profesores del Instituto Curtis.
Entre los alumnos de Hofmann figuraron Jean Behrend, Abram Chasins, Abbey Simon, Shura Cherkassky, Ezra Rachlin, Nadia Reisenberg (véase[8]), y Harry Kaufman.
Aunque no era alumno, Jorge Bolet se benefició del interés de Hofmann.
En 1938 se vio obligado a dejar el Instituto Curtis por disputas financieras y administrativas.
Pasó su última década en Los Ángeles en relativo anonimato, trabajando en inventos y manteniendo una correspondencia constante con los asociados.
Contemporáneos como Serguéi Rajmáninov, Ignaz Friedman, Josef Lhévinne y Godowsky, consideraban que Hofmann era, en general, el pianista más grande de su generación,[16][17] pero la aclamación no fue tan universal entre la siguiente generación de pianistas.
Los libros de Hofmann se basaron en sus frecuentes artículos en el Ladies' Home Journal :