Combate terrestre

Por otra parte, la batalla misma no es más que un conjunto de combates parciales.

Si el fin de la guerra es la destrucción del ejército enemigo, el combate es el medio más adecuado para realizarlo.

y si por el contrario las abandona, esquivando el choque, eso que a parece una victoria alcanzada sin pérdidas, constituye todo lo más una ventaja, incompleta y de poca consideración la mayoría de las veces, porque la retirada espontánea del enemigo no resuelve nada, ya que puede ser impuesta por la necesidad de concentrar fuerzas para prepararse a una acción decisiva, y aquel puede parecer más pujante cuando menos se le espere.

El combate era ofensivo para la parte que se considerara más fuerte o porque le convenía aprovechar la ocasión para asestar un golpe al adversario, o porque necesitaba obrar con energía para resolver inmediatamente el conflicto que tenía planeado.

La primera fase del combate defensivo corresponde, como en la ofensiva a los preliminares de la acción.

Estos no deben extremar la resistencia, sosteniéndose solamente el tiempo suficiente para entorpecer y detener la marcha del enemigo, ante el ataque resuelto de este se replegarán a la posición principal, retirándose con orden y destruyendo de paso cuanto pueda facilitar el avance del enemigo.

La caballería por su parte pone en juego todos sus recursos para averiguar los movimientos de fuerzas del enemigo y adivinar por ellos la dirección probable que se propone dar al ataque.

Se refuerza la línea de fuego con las tropas disponibles y al mismo tiempo se prepara el contraataque, que debe descargar por lo general su munición sobre el punto más débil del contrario, esto es, sobre el flanco de la parte que efectúa el combate demostrativo.