Esto puede variar según la inclinación y amplitud del relieve terrestre, pero suele ser de tres a cinco veces la escala horizontal.
Una serie de perfiles paralelos, tomados a intervalos regulares en un mapa, puede combinarse para proporcionar una visión tridimensional más completa del área que aparece en el mapa topográfico.
Es evidente que, gracias a la informática, se pueden realizar modelos tridimensionales más sofisticados del paisaje a partir de datos digitales del terreno.
La línea del plano definida por los puntos que limitan el perfil se llama directriz y la línea horizontal de comparación sobre la que se construye el perfil, base.
[2] A veces se incluyen perfiles topográficos escogidos en los mapas impresos, como los que se diseñan para las rutas o rumbos de navegación, las excavaciones y, especialmente, para los mapas geológicos, donde se utilizan para mostrar la estructura interna de las rocas que pueblan un territorio.