A pesar de que se puede construir oleoductos bajo el mar, el proceso es altamente demandante tanto tecnológica como económicamente; en consecuencia, la mayoría del transporte marítimo se hace por medio de buques petroleros.
Sin embargo, en áreas que sean más desarrolladas, urbanas o con flora sensible, se entierran a una profundidad típica de 1 metro.
Esto crea una mezcla en donde los productos se unen llamada la interfaz.
Pueden transportar diferentes tipos de petróleo, pesado, ligero y de diferente calidad, en las estaciones de transferencia y refinerías, se conectan con tubos más pequeños llamados poliductos, que transportan el combustible refinado del petróleo, diésel y gasolina a diferentes lugares del país.
También existe desgaste por los años en servicio, lluvias, derrumbes, óxido, y algunas veces deben ser reemplazados por nuevas tuberías, en forma paralela al trayecto del oleoducto.