Una alcantarilla (diminutivo de alcántara, a su vez del árabe hispano alqántara, a su vez del árabe clásico al-qantarah, quizá proveniente del griego κέντρον, "kentron", "centro de círculo"; según otra hipótesis, se usaba primero como diminutivo de "puente" y luego para nombrar el pequeño acueducto que pasa debajo[1]) es un acueducto subterráneo destinado a evacuar las aguas residuales domésticas u otro tipo de aguas usadas.
Los romanos sobresalieron en este tipo de construcciones a las que dieron el nombre de cloacas con cuya denominación se siguieron conociendo en algunas poblaciones españolas hasta muchos siglos después.
En España no faltan ejemplos de cloacas romanas, entre las que se pueden mencionar las de Astorga, que se conservan casi en toda su extensión.
En cualquier caso, el tamaño más pequeño de la alcantarilla, permitía el paso de una persona, aunque fuera necesario adoptar posturas incómodas para trabajar.
Para caudales grandes pueden utilizarse secciones con la forma de la vieja alcantarilla, aunque a veces en vez de abovedada, tienen la parte superior adintelada.