Este fue seguido por un avance en el oeste a lo largo de la costa hacia el pueblo donde lograron encontrarse con la 7.ª División que venía avanzando desde Nadzab.
Al mismo tiempo, fuerzas australianas y estadounidenses montaron ataques sobre Salamaua para desviar la atención del enemigo de Lae.
Las fuertes lluvias e inundaciones retrasaron el avance de la 9.ª División, la cual tuvo que cruzar varios ríos en el camino.
Tras el desembarco en Scarlet Beach, los aliados se prepararon para movilizarse hacia el sur para tomar Finschhafen, entrando en combate también cerca de Jivevaneng.
A lo largo de la costa, entre estos dos puntos, existen varios ríos y arroyos que pasan por este terreno.
También proveía una barrera natural contra cualquier avance al norte de Finschhafen, convirtiéndola en una potencial línea defensiva.
El alto mando aliado, incluyendo al general Douglas MacArthur, ordenó que se capturen dos bases aéreas: una en Lae y otra en Finschhafen.
La 20.ª Brigada, bajo el mando del brigadier Victor Windever, fue elegida para liderar el asalto con un desembarco en una playa a 25,7 km al este de Lae.
[38] En la noche del 5-6 de septiembre los japoneses lanzaron un ataque contra el batallón australiano que lideraba su avance, pero no pudieron evitarlo.
El 2/28.º> Batallón de Infantería estaba liderando el avance australiano a estas alturas y los soldados vadearon el río.
Esto aisló al batallón australiano, el cual se tuvo que enfrentar por su cuenta a varios ataques japoneses.
Los japoneses montaron una férrea resistencia alrededor del terreno elevado en Katika, pero eventualmente se vieron obligados a replegarse.
Al mismo tiempo, el 2/15.º atacó el flanco izquierdo de los japoneses que había puesto oposición a su cruce del río.
[24] A esas alturas los australianos temían aún más un contraataque japonés y solicitaron refuerzos al alto mando, el general Douglas MacArthur.
[55] Los principales elementos del contraataque japonés había penetrado las avanzadas y muy extendidas líneas australianas a lo largo de la noche anterior.
Junto a los tanques llegó la 26.ª Brigada; cuyo arribo significó que la 9.ª División ahora se encontraba comprometida en su totalidad.
El grupo elegido para esta tarea fue la recientemente llegada 26.a Brigada, que sería apoyada por nueve Matildas del 1.er Batallón de Tanques.
[63] Inicialmente, el avance comenzó mal porque se vio afectado por la orografía del interior, donde casi todo el terreno escarpado consistía en densas junglas y sierras muy empinadas.
En los flancos, tanto el 2/23.o y el 2/24.o también se encontraron con férreas defensas que incluían emplazamientos con ametralladoras, sufriendo muchas bajas.
A lo largo del día lanzaron una serie de ataques, pero un fuerte fuego defensivo los hizo retroceder hasta que un pelotón bajo el mando del sargento Tom Derrick se hizo camino hasta la cima, liderado por el mismo Derrick, destruyendo 10 posiciones japonesas con granadas en el camino.
[78] Mientras tanto, el comandante del XVIII Ejército Japonés, el teniente general Hatazō Adachi, ordenó a Katagiri que lanzase otro contraataque.
[18] Debía ocurrir en dos avances: la 26.ª Brigada, tras haber asegurado Sattelberg, avanzaría a Wareo por la izquierda, y la 24.ª Brigada avanzaría por la derecha subiendo por la costa para capturar Gusika y dos cuerpos de agua grandes a unos 2 km tierra adentro cerca del río Kalueng, ambos conocidos por los australianos como "los Lagos".
Un tercer grupo pequeño tomaría el lugar en el centro hacia Nongora y Christmas Hills, responsabilidad que fue depositada en la 20.a Brigada.
[92] Desplazándose por debajo de los japoneses, continuaron hacia Nongora donde se detuvieron justo antes del terreno elevado y establecieron una posición defensiva para pasar la noche.
Wareo estaba a solo una corta marcha de allí, y los australianos la capturaron al día siguiente.
[97] Llegaron a Laknoa el 14 de diciembre y, tras descubrir que los japoneses estaban bien posicionados allí, el 22.o Batallón se abrió paso alrededor del pueblo, rodeando a los defensores japoneses y empujándolos hacia el precipicio, donde se utilizaron tanques para lanzar el ataque final el 16 de diciembre.
[103] El avance se aceleró rápidamente a medida que la moral de los japoneses fue quebrantada y la resistencia organizada disminuyó.
[107] Las enfermedades también resultaron tener un impacto importante, y durante la campaña hasta un 85 por ciento del personal de la división se volvió inefectivo en algún momento debido a alguna enfermedad.
Un veterano australiano, el sargento Charles Lemaire, quien anteriormente había luchado contra los alemanes en El Alamein con el 2/17.o Batallón de Infantería, describió a los japoneses como «tenaces, valientes, y sacrificados».
Usado en combinación con artillería, la cual causó bajas considerables, provocó cortes en las ya extenuadas líneas de comunicaciones japonesas.