Los historiadores consideran que las operaciones en Nueva Bretaña fueron un éxito para las fuerzas aliadas.
La componen diversas bahías como Wide Bay, archipiélagos y cabos como Arawe o penínsulas como la de Gazelle.
La presencia de islas, atolones, pantanos y anchas bahías impidieron poder asegurar bases fijas en el territorio neobretón.
El ejército australiano se tuvo que enfrentar en incontables ocasiones al cruce de ríos sin ayuda de puentes, ya que estos eran continuamente derrumbados por su mala calidad o par las fuerzas japonesas.
[1] Hubo más de 100.000 efectivos militares y civiles japoneses en Nueva Bretaña y una isla cercana más pequeña, Nueva Irlanda[2] Estos tenían base en el cuartel general del Ejército de la Zona Ocho: la 17.ª División (11.429 unidades al final de la guerra); la 38.ª División (13.108); la 39.ª Brigada (5.073); la 65.ª Brigada (2.729); el 14.º Regimiento (2.444); el 34.º Regimiento (1.879) y el 35.º Regimiento (1.967).
Estaba previsto y se produjo, una semana más tarde, otro desembarco aliado de mayor magnitud en este punto.
[6] Las tropas australianas sobrestimaron el número de unidades japonesas y se precipitaron hacia el centro.