Campaña de Rosas al Desierto

[1]​ Desde los años 1790 hubo un período de paz relativa que alcanzó a durar casi tres décadas.

Los borogas en las pampas formaban una alianza gobernada por un concejo de seis caciques del cual dependían otros veinte.

Actuaron en forma pacífica y enviaron a Rosas a doce unitarios refugiados entre las filas de Yanquetruz (entre ellos el exgobernador de San Luis, coronel Luis Videla y el teniente coronel Cuadra).

Rosas, en su último mensaje dirigido a la legislatura provincial, expresó su plan de realizar una campaña al desierto para expedicionar contra los indios enemigos.

Conformaban la columna: Su objetivo era sorprender a Yanquetruz en su toldería de Leubucó y luego alcanzar el río Colorado en Choique Mahuida, en donde se uniría a la columna del este para atacar a Chocorí y continuar hacia las nacientes del río Negro en donde confluirían con la columna del oeste, para finalmente todas juntas marchar hasta el Nahuel Huapi remontando el Limay.

Al no recibir los recursos que debía enviarle el gobierno de Córdoba, suspendió las operaciones.

Debían batir a los aborígenes que se hallaban entre los ríos Barrancas y Neuquén y luego avanzar hasta la confluencia de este último con el río Limay (origen del río Negro o País de las Manzanas) en donde se reuniría con la columna del este.

Una vez que estos llegaron, se prosiguió la marcha el 31 de marzo hasta acampar en la margen este del arroyo Tapalquén.

Allí Rosas celebró conversaciones con Cañiuquir (o Cañuquir), quien viajó al efecto desde la sierra de Guaminí.

Desde allí Rosas viajó con su escolta hasta la Fortaleza Protectora Argentina (futura Bahía Blanca), en viaje de inspección de las municiones allí almacenadas y para recoger los pertrechos llegados por barco desde Buenos Aires, para lo que había despachado un día antes las carretas.

Por la noche se llegó a los Pocitos y en los dos días siguientes la expedición alcanzó el río Colorado.

La operación se completaba con otros 25 soldados al mando del teniente Ferrat que iban en botes por el río.

[17]​ Durante la marcha un buque al mando de Nicolás Descalzi remontó el río Negro realizando mediciones y comprobando su navegabilidad.

Destacó divisiones en varias direcciones en busca de indígenas, los cuales apresó al ser hallados.

Rosas comunicó a Cañiuquir en sus conversaciones en la bahía Blanca que los borogas debían demostrar su alianza marchando sobre los ranqueles de Yanquetruz.

El teniente coronel Miguel Miranda partió en su búsqueda con un destacamento de 250 soldados e indígenas hacia las Salinas Grandes.

Logró que varios caciques del grupo de Yanquetruz se entregaran voluntariamente, trasladándolos Rodríguez junto con sus tribus y los cautivos hasta Médano Redondo.

Cayupán fue rodeado en el desierto por 45 de sus compañeros y se presentó con ellos ante un comandante, siendo remitido a Rosas.

A consecuencia de esos ataques, el cacique Quentrel se presentó ante Rosas con 250 guerreros para someterse.

Al regresar Ibáñez a Médano Redondo, fue felicitado y ascendido por el éxito que logró en su intrépida misión.

Luego de despachar a Ibáñez, Rosas permaneció en Médano Redondo con 150 infantes, los artilleros, peones e indígenas aliados, totalizando 300 personas.

Catriel y Cachul ordenaron fusilar a los instigadores indígenas de la sublevación, lo que fue cumplido por el coronel Delgado.

Sirvió también para distribuir el alcohol y las mercaderías que les enviaba Rosas, junto con vacunas para la viruela.

La campaña también incorporó científicos, entre ellos Charles Darwin, que reunieron información sobre la zona recorrida, pero las regiones desérticas quedaron en manos de los indígenas.

También ordenó al agrimensor Feliciano Mariano Chiclana (hijo del triunviro) la toma de las distancias, coordenadas y rumbos hasta el río Negro.

Chiclana hizo las mediciones del río a bordo de la goleta San Martín capitaneada por Thorne.

El sistema de 21 postas establecido por Rosas desde San Miguel del Monte hasta Médano Redondo quedó atendido por 100 hombres y 600 caballos.

Rosas contaba a los caciques boroanos como aliados, quienes se mantendrían neutrales durante la campaña.

Pero al terminar las operaciones Rosas les exigió la entrega de los cautivos junto con los ganados robados, a lo que se negaron.

2.º Se declara que la enunciada Isla no podrá darse en propiedad, en enfitéusis, ni de algún otro modo, reservándose su uso perpétuamente para el servicio público.

Mapa de la Campaña de Rosas al Desierto con los movimientos de las distintas columnas.
Juan Facundo Quiroga fue el director de la Campaña de Rosas al Desierto.
José Félix Aldao fue el jefe de la columna del oeste durante la Campaña de Rosas al Desierto.
"Expedición en los desiertos del Sud contra los indios salvajes, en el año de 1833, ejecutada con el mayor acierto y saviduría por su digno jefe el gran Rosas ". Museo Saavedra. Buenos Aires .
Ángel Pacheco fue el jefe del estado mayor de la columna del este durante la Campaña de Rosas al Desierto.
Plano derrotero desde Patagones hasta Choele Choel, realizado por Feliciano Chiclana , y que se conserva en el Archivo Histórico de la Provincia de Buenos Aires "Dr. Ricardo Levene".