Un mapa es una representación gráfica simplificada de un territorio con propiedades métricas sobre una superficie bidimensional que puede ser plana, esférica o incluso poliédrica.
Actualmente se sigue teniendo la inquietud y la necesidad de proseguir con la nunca acabada labor cartográfica.
La cuestión esencial en la elaboración de un mapa es que la expresión gráfica debe ser clara sin sacrificar por ello la exactitud.
Para poder cumplir con estas exigencias, el cartógrafo puede crear varios «planos de lectura».
Parece que todos los pueblos primitivos han tenido cierta forma de cartografía rudimentaria, expresada muchas veces por lo que se podría llamar cartografía efímera: meros trazos momentáneos en la arena, en tierra húmeda u otros elementos.
También cabe destacar como antecedentes las primitivas cartas elaboradas por esquimales sobre la hidrografía de las regiones que habitaban.
Los mapas más antiguos que se conocen son unas tablillas babilónicas de hace unos 5000 años.
Entre él, Ptolomeo y otros cambian la concepción de los griegos sobre la Tierra, estableciendo que no es plana, sino curva.
Ptolomeo (siglo II d. C.) recogió todos los conocimientos de sus predecesores y presentó el primer panorama completo del progreso cartográfico logrado hasta su tiempo.
Como un dato curioso, se cuenta que Américo Vespucio, quien recibió la gran distinción de dar nombre al Nuevo Mundo, fue en realidad un cartógrafo destacado pero no excepcional, y el quizás inmerecido honor que se le hizo se debió a que un editor que publicó los primeros mapas de las nuevas tierras señaló a estas como "tierras de Américo" y el nombre se popularizó de un modo irreversible.
Vespucio comenzó a trazar los mapas de sus viajes por el continente americano una vez instalado en Sevilla (1508), al servicio del rey Fernando.
En 1575 Ortelius fue nombrado geógrafo de Felipe II, un cargo que le permitió acceso a los conocimientos acumulados por los exploradores portugueses y españoles.
El geógrafo y cartógrafo de origen germano-neerlandés Gerhard Kremer, llamado en latín Gerhardus Mercator (1512-1594), natural de los Países Bajos, estudió filosofía y matemáticas en su juventud, convirtiéndose pronto en un eminente cartógrafo; entre otros, realizó trabajos para el emperador Carlos V.
A paralelos equidistantes en la esfera terrestre corresponden así, en el mapa, rectas cada vez más distanciadas.
Las loxodromias sobre la Tierra (líneas que cortan todos los meridianos según un ángulo constante) se representan en este mapa mediante rectas.
En el siglo XVII se establecieron los principios científicos de la cartografía y las inexactitudes más notables de los mapas quedan constreñidas a las partes del mundo que no se habían explorado.
A finales del siglo XVII las determinaciones astronómicas tomadas en las diferentes partes del mundo y, en particular, en Asia Oriental, eran lo bastante numerosas para que no se conservasen ya en los mapas los errores que los desfiguraban.
Los datos falsos y los verdaderos, mezclados desde siglos, formaban un laberinto necesitado de una revisión total.
El geógrafo francés Guillermo Delisle (1675-1726) publicó en 1700 un mapamundi que situaba en su lugar y con dimensiones correctas las regiones orientales del antiguo continente.
Profesó por la geografía una vocación casi innata, ya que de niño era su juego y su distracción.
Otros se dirigieron a Laponia y al Perú, para medir al mismo tiempo dos arcos de meridiano, más allá del círculo Polar el uno y cerca del ecuador el otro.
Este trabajo fue terminado en 1773 y sirvió de modelo para proyectos similares llevados a cabo en otros países.
La fotografía área se desarrolló durante la Primera Guerra Mundial y se utilizó, de forma más generalizada, en la elaboración de mapas mediante ortofotografías durante la Segunda Guerra Mundial.