Cambio climático en América Latina

[8]​ La región es particularmente vulnerable a los impactos negativos del cambio climático.Las emisiones continúan en aumento, especialmente en el sector energético, donde el transporte ha mostrado un incremento significativo en los últimos años.El Quinto Informe del IPCC indica que bajo todos los escenarios SRES y todas las trayectorias RCP, la temperatura para fines de siglo en América Latina va a aumentar,[2]​ con diferencias en el aumento específico según los escenarios y trayectorias.En 2019, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPPC, por sus siglas en inglés) publicó un reporte especial sobre el Océano y la Criosfera en un Clima Cambiante.Los glaciares ubicados en zonas tropicales han experimentado un retroceso sostenido durante las últimas tres décadas, intensificando la tendencia de retracción.[12]​ La situación es particularmente crítica en los glaciares tropicales andinos,[2]​ que son la principal fuente de agua dulce para la agricultura, la energía hidroeléctrica y el consumo humano en países como Perú, Bolivia, Colombia y Venezuela.[11]​ La escorrentía en los ríos alimentados por los glaciares está disminuyendo y este proceso es irreversible.[11]​ Se espera que el derretimiento de los glaciares y el permafrost libere metales pesados, especialmente mercurio, lo que reducirá la calidad del agua para los organismos de agua dulce, así como para el uso doméstico y agrícola.Se están observando desplazamientos de especies desde altitudes más bajas hacia mayores alturas en las montañas, y algunas especies se quedarán sin un hábitat con un clima adecuado para sobrevivir.Para fines del siglo XXI, se espera que el calentamiento en América del Sur llegue a los 4 °C con reducción de las lluvias en la región tropical y aumentos entre el 15 a 20% en el sudeste de América del Sur, así como se espera que aumenten la cantidad de días y noches cálidas y las lluvias intensas.[7]​ Distintos modelos muestran que habrá una reducción en el rendimiento en los principales cultivos de granos en América Latina y partes del Caribe.[15]​ Esto no solamente afectará a la economía sino que también pondrá en riesgo la seguridad alimentaria de estos países.[7]​ El alto grado de desertificación ya existente en América Latina constituye un riesgo para la seguridad alimentaria en la región.[20]​ En América Latina y el Caribe, casi todos los países se han comprometido a alcanzar la neutralidad de emisiones de carbono al 2050 o han declarado que están trabajando hacia ese objetivo.La acción climática no consiste únicamente en un gasto adicional, sino en una reorientación masiva de los flujos financieros existentes.Fuentes específicas como los impuestos verdes y los bonos sostenibles pueden financiar parte del esfuerzo.Estrategias climáticas comprensivas pueden ayudar a identificar las transformaciones necesarias en todos los sectores para avanzar hacia una economía resiliente y carbono-neutral en la región para 2050.Un paso transformador sería utilizar la palanca del financiamiento para ayudar a los gobiernos a diseñar e implementar estrategias climáticas comprensivas y apoyar las reformas necesarias para garantizar que las finanzas públicas y privadas, tanto domésticas como extranjeras, estén alineadas con los objetivos climáticos.[18]​ La inversión en infraestructura en América Latina y el Caribe ha sido insuficiente para proveer servicios básicos de calidad a la población.[34]​ Para cumplir con los objetivos de desarrollo sostenible, incluyendo objetivos de resiliencia y descarbonización, se estima que la región necesita invertir alrededor del 5% del PIB, lo que equivale a aproximadamente US$279 mil millones anuales en 2019.[18]​ Para asegurar que la inversión pública sea consistente con los objetivos climáticos, se necesitan varias reformas regulatorias e institucionales.Sus efectos perjudican diversos sectores, incluyendo la agricultura, la industria, la infraestructura, la salud, la productividad laboral, la pobreza, la desigualdad, la migración, los conflictos sociales, la biodiversidad y los ecosistemas.[41]​[42]​ Estos impactos no siempre se reflejan en las variaciones anuales de temperatura, ya que pueden ser más pronunciados a nivel regional o local.
Una sequía particularmente intensa en Nicaragua en el 2011, documentada por el Centro Internacional de Agricultura Tropical .
Comparación del nivel de precios de los impuestos sobre el carbono y los sistemas de comercio de derechos de emisión en diferentes países y regiones del mundo .