Cahuide

Tras la toma del Cuzco por parte de los conquistadores españoles, se unió en 1536 a la rebelión iniciada por Manco Inca, siendo uno de los que en Calca juraron luchar hasta la muerte por la reconquista del Tahuantinsuyo; tras lo cual formó parte del ejército que sitió el Cuzco por varios meses y luchó en las calles de la ciudad imperial contra los españoles y sus aliados comandados por los hermanos Pizarro.

[1]​ La lucha en Sacsayhuamán continuó por varios días dándose por uno y otro bando "auténticos derroches de valor".

No obstante, a los guerreros incas en la fortaleza se les agotó el almacén de piedras y flechas, rumoreándose entre los españoles que también les faltaba agua, por lo que estos lanzaron más ataques con sus escalas sobre los bastiones incas.

[2]​ Con su ejemplo la lucha por el torreón se prolongó, esforzándose a toda costa de impedir la llegada de los enemigos hasta sus posiciones como narraría un pizarrista anónimo: "avisándole que subía algún español por alguna parte, aguijaba a él como un león con la espada en la mano y embrazada la adarga", ni siquiera las heridas recibidas pudieron amenguar su singular arrojo, pues "en este tiempo le dieron dos saetadas e hizo tan poco caso de ellas como si no le tocaran".

Sigue la narración del anónimo almagrista que los capitanes españoles, admirados de tan singular bizarría, le rogaron "que cediese" ofreciéndole toda clase de garantías, mas vieron turbados a Cahuide rechazar furioso, e insultándolos, tales demandas.

Cahuide en un sello postal de 1962, junto a Cuauhtémoc .