En la parte superior había una especie de plataforma en que cabían 20 combatientes.
La escala era conducida en un carro hecho a propósito y sobre el cual se levantaba apoyándola en un cabezal o larguero horizontal colocado entre los dos pies derechos.
La escala común de asalto que se usó posteriormente era más sencilla.
Las extremidades o remates inferiores de la primera tenían dos fuertes regatones puntiagudos de hierro que clavándose en el suelo evitaban que resbalara por el muro y los extremos de la última o superior estaban guarnecidos con almohadillas de fieltro para que no hiciera ruido al arrimarlas a la muralla.
Esta especie de escala no fue muy común por la dificultad que había para que los garfios prendieran en el borde superior del muro al tirarla desde abajo, pues los sitiados podían separarla fácilmente y se perdía así el tiempo que debía emplearse en cualquiera otra operación.