Se llama mantelete a un escudo grande formado por diferentes piezas de madera ensambladas ya de forma cuadrada o cuadrilonga, circular u oblonga, de 2,4 a 2,7 m de altura y revestido por encima de mimbres, tejidos de lana y crin, de cueros empapados en agua u otra sustancia que no se preste a la combustión.
Se movía por medio de ruedas o rodillos para que a su abrigo avanzasen o retrocediesen los arqueros que disparaban sus flechas contra los defensores de una plaza sitiada.
También se hacía de dos cuerpos o pisos, cubierto, el uno de tablas y el otro de zarzos o cañizos y revestidos con pieles frescas para inutilizar los objetos incendiarios que arrojasen sobre la máquina para quemarla.
Tenía una altura proporcionada para cubrir bien a un hombre.
Posteriormente, en su lugar se usó un gavión.