Buque capital (del inglés capital ship) es un concepto anglosajón[1] aplicado a los principales y más importantes buques de guerra de una armada o flota; tradicionalmente, eran los mejor armados y blindados.
Si el significado literal y la correspondencia inmediata del término inglés capital ship puede ser buque capital, esta traducción no se utiliza en la armada española ni en la marina francesa, y toma como concepto de estructura importante o esencial,[Nota 2] se entiende (y conserva) directamente bajo su terminología inglesa.
Las diversas armadas usan su propia designación para tal término, por ejemplo, a escala de la armada francesa, para describir un concepto comparable, se utiliza el término "buque de primera categoría".
La razón era que en el Mediterráneo, con distancias relativamente cortas, y con vientos poco constantes y calmas frecuentes, la galera tenía una superioridad de maniobra que le permitía seguir cualquier rumbo, mientras que a los buques a vela les estaban negados rumbos de un tercio del cuadrante, o sea, de 60° a cada lado del viento reinante.
[2] Varias personas fueron responsables del desarrollo de los buques capitales en el siglo XIX.
[2] En la Armada Española, se clasificaban según el número de puentes y cañones que poseían.
[2] En el siglo XX, especialmente en las dos contiendas mundiales, los buques capitales típicos eran los acorazados y cruceros de batalla.
Los cruceros pesados, aunque empezaban a ser importantes, no eran considerados como buques capitales.
[2] Una excepción serían los cruceros alemanes de la Segunda Guerra Mundial pertenecientes a la clase Deutschland.
Por lo tanto, debían ser rápidos, estar fuertemente armados y tener poco calado.
El Admiral Graf Spee resultó tan dañado por tres cruceros británicos en la desembocadura del Río de la Plata en 1939 que posteriormente fue hundido.
[7] Desde mediados de la Segunda Guerra Mundial, los portaaviones son universalmente considerados como buques capitales.
La US Navy se vio forzada a este cambio cuando, tras el ataque a Pearl Harbor, fueron hundidos o dañados ocho de los acorazados de que disponía en la flota del Pacífico.
En ese sentido, el buque capital de la armada española podría ser considerado el portahelicópteros Juan Carlos I (L-61).