Bernardo de Velasco

Estudió matemáticas en Barcelona y con 25 años de edad ingresó al ejército.

Velasco reunía, en definitiva, las condiciones para llevar adelante el ideal borbónico de militarizar la administración civil indiana para lograr orden, pronta obediencia y disciplina.

La favorable experiencia administrativa en las Misiones de Maynas, Mojos y Chiquitos y los diversos informes enviados a la Corte por el virrey Avilés, el obispo del Paraguay y otros funcionarios, llevaron a José Antonio Caballero, presidente del Consejo de Indias, a aconsejar a Carlos IV de que la solución era unificar el gobierno bajo un mando político y militar.

Tomada la decisión se buscó en distintos cuerpos del ejército real un oficial con grado de teniente coronel que tuviera "madurez, prudencia y tino" para hacerse cargo del "gobierno naciente".

Otra forma de proteger los pueblos fue levantar el estado ruinoso en que se encontraban incentivando la ganadería y la agricultura.

La debilidad militar y su situación geográfica exigían que fueran las tropas o milicias del Paraguay las que debían acudir en ayuda de las Misiones para lo cual debían organizarse esas fuerzas "bajo un nuevo pie".

Estos cambios comprendían no solo a los pueblos ubicados al sur y norte del río Paraná, por entonces un río interior de las Misiones, sino también a los pueblos de indios al norte del río Tebicuary (Ytá, Areguá, Altos, Atyrá, Tobatí, Caazapá, San Joaquín y San Estanislao).

Existieron otros factores que también jugaron en su contra: su oposición a la eliminación de las encomiendas, las críticas que le hicieron los virreyes Avilés y del Del Pino, y el mismo Azara.

Ya en 1809, el virrey Liniers nombraría a Tomás de Rocamora como gobernador interino de Misiones, cargo que este interpretó como autoridad de una gobernación, con una categoría equivalente a la que había tenido con Velasco entre 1803 y 1805, y como tenían desde hacía años las gobernaciones de Moxos y Chiquitos, mientras que Velasco parece haber interpretado que Rocamora estaba a cargo del gobierno militar, pero subordinado a él en lo político.

En su escrito, Somellera afirma que "...la retención del gobierno de Misiones no fue una amalgama con el Gobierno intendencia del Paraguay", sino que fue "una interinidad precisa é indispensable; así para que se pusiera en planta la emancipación de los indios encargada a Velazco en el año 1803, como para esperar la variación de circunstancias."

Basado en un texto modificado —se salteaba la expresión "por ahora" y cambiaba el verbo "custodiar" por la expresión "se encargaría del gobierno de"— Du Graty afirmaba que "Buenos Aires reconoció al Paraguay la legítima posesión del departamento entero de Candelaria".

Se mantuvo un secretario que atendía exclusivamente los asuntos misioneros y los cinco subdelegados cuyas funciones venían de antes.

Para las obras públicas solicitó la ayuda del ingeniero naval Eustaquio Giannini quien después sería gobernador interino cuando Velasco tuvo que ausentarse a Buenos Aires con motivo de las invasiones inglesas.

Finalmente tuvo que viajar a Buenos Aires, dejando interinamente en su cargo al ministro de la Real Hacienda Pedro Oscariz.

Suya fue la idea de no librar combates en terreno abierto sino atrincherarse en la ciudad utilizando zanjas y cercos vivos.

Fueron invitados los jefes militares, las autoridades de la ciudad, principales vecinos y pueblo en general.

[22]​ A tal fin Velasco desembarcó en Colonia con un ejército de mil soldados y artillería, para marchar hacia Montevideo.

[23]​ Ambos convinieron en un cese de hostilidades para evitar una guerra civil o fratricida y Molina siguió su viaje a Buenos Aires.

El objetivo era constituir una fuerza que se pudiera oponer a una posible invasión limítrofe.

Este nombramiento no se comunicó a Velasco como correspondía ni se indicó al nuevo funcionario que debía estar a la orden del gobernador del Paraguay y Misiones.

En este incidente Velasco expuso la conexión existente entre La Rosa y Liniers diciendo «Dicho Señor [Liniers] durante mi misión en esa Capital, ha destinado a estas provincias, sin darme el menor conocimiento, sujetos [La Rosa y ayudantes] que no siendo necesarios, parece haberlos escogidos para promover inquietudes».

Ante esta situación, Velasco demostró una gran capacidad organizativa y de acción: incursionó en las Misiones en busca de armas, ocupó Ñeenbucú hasta el río Paraná para vigilar la costa desde Paso del Rey hasta Campichuelo de la Candelaria, envió una flota a rescatar los buques retenidos en Corrientes y movilizó las milicias concentrándolas en Yaguarón y Barrero Grande.

[27]​ Debido a la falta de experiencia y armamento de las milicias convocadas adoptó como estrategia la defensa en profundidad dejando una vasta zona vacía que debía complicar la logística del enemigo para luego elegir el lugar y momento adecuados para presentar batalla.

Esa zona la cubrió con patrullas volantes que debían observar la línea de avance del enemigo.

Los que querían someterse a la junta de Buenos Aires enviando un diputado.

Gil Navarro menciona un episodio que ocurrió en 1822, cuando por orden del doctor Francia fueron convocados los españoles residentes en Asunción.

Bernardo de Velasco por Guillermo Da Re en 1890.